Antídoto 52

Cheng Ke traía solo un brazo metido en la chaqueta, se sentía como discapacitado y le dio demasiado frío en cuanto salió.

—Resiste hasta que te subas al auto —dijo Jiang Yuduo—, tendrás que quitarte la chaqueta después de llegar al hospital.

—Joder, cómo duele. —Cheng Ke apretó los dientes. Una vez que prestó atención a su muñeca, sintió el dolor. A pesar de la edad que tenía, nunca había sufrido una lesión tan grave.

De hecho, no era gran cosa tener una fractura, la clave era cómo se había causado la fractura.

Ahora no podía recordarlo. La escena en la que arrastró a Jiang Yuduo hacia al piso y no solo eso, sino que lo utilizó de amortiguador, era realmente desagradable.

Incluso si Jiang Yuduo parecía tranquilo ahora, no disgustado ni enojado; él sentía vergüenza con cada célula de su cuerpo, por dentro y por fuera.

Cuando Chen Qing se subió al automóvil y Cheng Ke quería sentarse en el asiento trasero, Jiang Yuduo dijo detrás de él: —Me sentaré contigo en el asiento trasero.

Cheng Ke realmente quería decirle que fuera a sentarse al asiento del pasajero, pero al intentar tirar de la puerta del auto, entendió la importancia de una simple mano en la vida diaria.

Incluso en la simple cuestión de subir al automóvil, ya que no podía mover la mano derecha, sentía como si tuviera dañado el cerebelo. Inconscientemente quiso utilizar la mano derecha para apoyarse en el asiento, después de estirarla a medias, repentinamente recuperó los sentidos ¡No podía utilizarla!

Antes de precipitarse y estrellarse en el asiento de cara, Jiang Yuduo le agarró el cuello de la chaqueta por detrás y dio un tirón.

No se estrelló, pero de repente sintió el apretón en el cuello, y Cheng Ke se quedó casi sin aliento: —… Eres demasiado fuerte.

Jiang Yuduo no habló, cerró la puerta del auto y se dirigió a la otra dando un rodeo por detrás.

—Es difícil —Chen Qing se dio la vuelta a mirarlo alegremente—. Una vez me rompí la muñeca. Carajo, no podía limpiarme el culo cuando cagaba…

Cheng Ke se quedó sin palabras por un momento: —¿Te rompiste tu única mano?

—¿Eh? —Chen Qing lo miró, probablemente sin comprender.

—Tienes una mano rota, pero aún puedes usar la otra mano. —Cheng Ke apretó los dientes para explicar. Cuando Jiang Yuduo se sentó, ni siquiera se molestó en apartarse a un lado.

—Me rompí ambas muñecas. —Chen Qing hizo una flexión con ambas manos—. Hice esto al caerme de una pared.

—Entonces, ¿cómo…? —Cheng Ke de repente tuvo una idea horrorosa—. ¿No será que Jiang Yuduo…

—¿Qué carajo? —dijo Jiang Yuduo junto a él.

—Mi mamá compró una tapa de inodoro inteligente. Debes conocer esa tapa que enjuaga el trasero con agua —dijo Chen Qing—. Primero te lo enjuaga y luego lo seca después de la descarga… Deberías conseguirte una, para que puedas…

—Yo —lo interrumpió Cheng Ke— solo tengo una mano rota, no afectará mi vida cotidiana.

—¿En serio? —Chen Qing encendió el auto y avanzó. Volvió la cara para agregar—: Casi muerdes el asiento por no poder usar la mano derecha. Es de cuero auténtico, si lo muerdes, tendrás que pagar por él.

—Cállate y conduce —dijo Jiang Yuduo.

Chen Qing era muy obediente. Jiang Yuduo le dijo que se callara., e inmediatamente miró a la calle y dejó de hacer ruido.

—¿Trajiste dinero? —preguntó Jiang Yuduo.

—¿Eh? —Cheng Ke se quedó atónito, luego asintió—. Traigo la tarjeta.

—Está muy hinchada. —Jiang Yuduo le miró la muñeca.

—…Duele. —Cheng Ke también miró su muñeca e inmediatamente comenzó a sentir el dolor. Cuando hablaba con Chen Qing hace un momento, no lo sentía mucho.

—Está bien —dijo Jiang Yuduo en voz baja—, sanará en menos de un mes.

Cuando Cheng Ke pensó que no podría mover la mano derecha durante tanto tiempo, de repente se sintió un poco desanimado. De paso, recordó lo que causó esta situación y se desanimó aún más.

 

>>><<<

 

Jiang Yuduo no venía al hospital a menudo. De vez en cuando, si Chen Qing se lesionaba, lo acompañaba. Después de todo, se trataba de Chen Qing y no otra persona, pero a menudo les pedía a dos subordinados que lo acompañaran al interior. Él no entraba.

El automóvil se dirigió a la entrada del estacionamiento del hospital y Chen Qing lo detuvo: —Entremos y San Ge estacionará el coche.

—Bien —Jiang Yuduo se bajó del auto y se acercó al costado de la cabina para hablarle en voz baja a Chen Qing—. Encárgate del registro y quédate en la revisión… —Miró a Cheng Ke, que luchaba por salir del coche mientras se acunaba la muñeca—. Sospecho que tal vez no sepa cuál es el procedimiento para ver a un médico.

—Definitivamente no, tal vez llaman al médico a domicilio —dijo Chen Qing en voz baja—. No te preocupes, lo ayudaré. Puedes dormir un poco en el auto.

—Sí. —Jiang Yuduo subió al auto, miró a Cheng Ke y condujo el auto hacia el estacionamiento.

Después de dar dos vueltas en el estacionamiento, Jiang Yuduo vio a un hombre en una esquina no muy lejos de la entrada, que estaba a punto de subir al auto para marcharse, por lo que se detuvo a esperar.

Pero después de subir al auto, el hombre se abrochó el cinturón de seguridad pero no condujo, buscó a tientas y finalmente encendió un cigarrillo.

Jiang Yuduo tocó suavemente la bocina, pero el hombre no se inmutó. Fumaba su cigarrillo con mucha calma, e incluso bajó la ventana del auto para soltar el humo.

Normalmente, Jiang Yuduo les decía a sus subordinados que no crearan problemas solo porque sí, especialmente cuando estaban en desventaja, pero su forma de manejar las cosas no era mucho mejor.

Cuando abrió la puerta y salió del automóvil, se dijo que un día debería preguntarle al señor Cheng Ke, un joven amo muy educado, cómo solían hacer este tipo de cosas los jóvenes amos.

—Amigo. —Jiang Yuduo se acercó a un lado de la ventanilla del auto, para mirar al hombre del interior—. ¿Esperas a alguien o vas a marcharte?

—Me marcho. —El hombre lo miró.

—Muy bien. —Jiang Yuduo asintió y se retiró para pararse debajo del árbol junto a él.

Después de que el hombre terminó de fumar lentamente, continuó sentado allí.

Jiang Yuduo esperó un rato y, después de confirmar que lo había engañado deliberadamente, se acercó.

El hombre volvió la cabeza, la impaciencia y la expresión provocativa en su rostro aún no se habían formado por completo, pero Jiang Yuduo ya había abierto la puerta del auto, lo agarró por el cuello y lo sacó a medias.

—Preguntaré de nuevo. Si te marchas, esperaré, si no te marchas, solo dilo —dijo Jiang Yuduo con voz tranquila.

—¡No es de tu incumbencia si me voy o no! —El hombre estaba luchando por alcanzar el asiento del pasajero.

Jiang Yuduo miró hacia allí. Había un trozo de tubería de metal en el asiento.

—Ve por él. —Jiang Yuduo lo empujó de vuelta al auto y lo soltó.

El hombre fue obediente, se desabrochó el cinturón de seguridad e inmediatamente se apresuró a tomar la tubería. Cuando se dio la vuelta, Jiang Yuduo vio que la tubería se dirigía hacia su cara.

Extendió la mano y agarró el extremo de la tubería. Cuando se la arrancó, apenas hizo esfuerzo. La mano del hombre todavía seguía en la postura como si aún la tuviera cuando Jiang Yuduo ya la había bajado.

Veía demasiado a este tipo de persona, estaban tan acostumbrados a soltar faroles que se engañaban incluso a sí mismos. Miró al hombre: —¿Te marchas?

—¡Me marcho! ¿Acaso dije que no? —El hombre no se atrevía a moverse, solo lo miró—. ¡Por qué te portas así! ¡Es una agresión!

Jiang Yuduo arrojó la tubería lejos del auto, dio un paso atrás y cerró la puerta.

El auto arrancó rápidamente y luego salió del estacionamiento.

Jiang Yuduo estacionó su auto en ese lugar, luego encendió un cigarrillo y miró los otros autos que no estaban bien alineados.

Sin importar la fecha, el estacionamiento del hospital siempre estaba lleno.

Innumerables personas ingresaban al hospital todos los días, el olor a desinfectante era asfixiante, y en todos los rostros estaba escrita la infelicidad.

Jiang Yuduo frunció el ceño.

«Sí, ¿cómo puede ser feliz alguien en el hospital?»

«Pero, ¿por qué le tienes miedo al hospital?»

Entre los recuerdos que puede recordar pero que no quiere recordar, el hospital era algo que en realidad no recordaba.

Suspiró levemente y miró aturdido el edificio de pacientes internados enfrente.

Chen Qing lo llamó para decirle que la fractura de Cheng Ke no era demasiado grave.

Pero incluso si no era muy grave, tardaron mucho tiempo. Cuando los vio entrando en el estacionamiento, Jiang Yuduo ya se había dormido y despertado tres veces, y ya estaba oscuro.

Se irguió y encendió la luz.

Chen Qing señaló en su dirección, y Cheng Ke caminó hacia allí con el brazo en cabestrillo.

—¿Cómo está? —Jiang Yuduo abrió la puerta.

—La fractura del hueso escafandra requiere estar enyesado durante seis semanas —dijo Chen Qing—, luego le recetaron un medicamento. Después le tomarán una radiografía para ver cómo está. Si no hay ningún problema, le quitarán el yeso, pero después tendrá que hacer ejercicios de rehabilitación o algo así…

—¿El hueso escafandra? —preguntó Jiang Yuduo—. ¿Dónde está el hueso escafandra?

—Hueso escafoides —Cheng Ke suspiró—. No hay gran problema, vamos, estoy agotado.

—¿No es igual escafandra que escafoides? —Chen Qing subió al auto—. Que vas a estar agotado. Yo corrí de un lado a otro para ayudarte al registro y pagar la medicina. Y aún no estoy cansado.

—Gracias —dijo Cheng Ke.

—Oye, no me agradezcas. Me has agradecido más de 80 veces en las últimas horas —dijo Chen Qing.

Cheng Ke se subió al auto acunándose la muñeca.

Después de subir al auto, Jiang Yuduo miró el yeso en su mano con interés y señaló la muñeca: —Ahí fue la fractura, ¿verdad?

—Mm —Cheng Ke asintió.

—Entonces, ¿por qué te fijaron el pulgar? —preguntó Jiang Yuduo.

—Dijo que era para alinear el hueso escafoides, probablemente están conectados —dijo Cheng Ke.

—Oh. —Jiang Yuduo extendió la mano y tocó el yeso de nuevo—. Es similar a cuando Chen Qing se las rompió. La última vez tuvo una fractura de hueso distal. Tuvieron que enyesarle ambas manos. Tú estás mejor.

—Sí —Cheng Ke sonrió.

—Lo de él no es gran cosa. —Chen Qing miró la hora mientras conducía—. ¿Por qué no vamos a cenar primero y luego los llevo a casa?

—No es necesario —dijo Cheng Ke—. Ustedes regresen y coman lo que sea.

Chen Qing miró por el espejo retrovisor: —Oh, sí, olvidé lo de tu mano, entonces vamos directamente a casa de San Ge, deja que él te alimente y luego regresas a tu casa.

—Tú solo conduce, ¿qué tipo de afición a ser niñera te dio? No tienes que arreglarle las comidas —dijo Jiang Yuduo.

 

>>><<<

 

Al pensar en comer, Cheng Ke se preocupó un poco. Aunque podía sostener una cuchara o un tenedor con la mano izquierda… probablemente pediría mucha comida a domicilio.

De hecho, no se trataba solo de comer, pensándolo bien, parecía que todo iba a ser problemático: vestirse, agarrar cosas, bañarse…

«Olvídalo, preocúpate cuando tengas que hacerlo.»

Después de regresar a casa de Jiang Yuduo, Chen Qing se marchó sin salir del auto.

Al ver que el automóvil se alejaba, Cheng Ke se sintió un poco reacio a que Chen Qing se marchara, después de todo, con Chen Qing allí, él y Jiang Yuduo no estaban tan avergonzados.

Bueno, Jiang Yuduo no estaba tan avergonzado.

Él se veía normal. Después de abrir la puerta y entrar a la casa, primero alimentó a Miau, luego tomó el teléfono y lo miró: —Pidamos comida, ya es demasiado tarde para cocinar.

—Oh —Cheng Ke vaciló—. En realidad, yo…

—Comamos primero, después vemos qué hacer. —Jiang Yuduo le miró la mano—. Estás herido.

Cheng Ke suspiró, se quitó la chaqueta de una sola manga y se sentó en el sofá a observar a Miau comer su comida.

Después de que Jiang Yuduo ordenó la comida, fue a la cocina.

Escuchó que continuaba lavando los tazones que no terminaron al mediodía.

Cheng Ke quería recordarle que el agua jabonosa en el piso podría estar resbaladiza si caía más agua, pero le daba vergüenza hablar.

Después de dudar durante mucho tiempo, apretó los dientes pensando qué decir, cuando escuchó la voz de Jiang Yuduo y se sintió aliviado de inmediato.

Cuando salió de la cocina, puso algo en la mesa: —¿Puedes ocuparlo para comer luego?

—Ah. —Cheng Ke vio un tenedor.

—¿Volverás al hotel esta noche? —preguntó Jiang Yuduo.

—… Sí —dijo Cheng Ke.

—Quédate aquí a pasar la noche y luego regresa a empacar tus cosas mañana —dijo Jiang Yuduo—. Iré contigo. No puedes empacar con esa mano.

Cheng Ke no dijo nada, Jiang Yuduo ya había decidido que volvería a mudarse mañana.

Aunque quería regresar a la casa, de hecho estaba dudando. No tenía una respuesta definitiva a todas sus preguntas. Pero cuando Jiang Yuduo dijo eso, él no pudo soportar llevarle la contraria.

—Quiero ayudarte —dijo Jiang Yuduo.

—Está bien —Cheng Ke asintió.

Cuando llegó el repartidor con la comida, Jiang Yuduo la acomodó en la mesa. Era bastante abundante. No era comida rápida, sino de un restaurante. Quizá para facilitárselo a él, también pidió bollos de cerdo a la parrilla.

Cheng Ke se sentó ante la mesa, puso la mano derecha encima y tomó el tenedor en su mano izquierda. —Para ser honesto, normalmente pienso que mi mano izquierda es bastante flexible, pero cuando realmente quiero hacer algo, esa mano parece pertenecer a alguien más.

—¿Quieres que te dé de comer? —Jiang Yuduo lo miró.

—No, no, no, no… —Cheng Ke se apresuró a rechazarlo—. No quise decir eso, solo quería expresar cómo me siento.

Jiang Yuduo sonrió.

Cuando comenzó a coger los vegetales con el tenedor, Jiang Yuduo siguió mirándolo.

—¿Qué pasa? —No pudo evitar preguntar después de algunos bocados.

—Veo si se te cae —dijo Jiang Yuduo.

—Que infantil… —Cheng Ke cogió una costilla de cerdo—. ¿Ves? no se me cae.

—Bueno. —Jiang Yuduo asintió y comenzó a comer.

En solo diez minutos, dejó los palillos tras comerse dos tazones de arroz.

Cheng Ke lo miró con su tenedor alzado, un poco sorprendido: —¿Tú… ya terminaste de comer?

—Sí. —Jiang Yuduo sacó un pañuelo de papel y se limpió la boca—. Como muy rápido.

—¿No te apresuraste para poder ver si se me cae algo en la mesa? —preguntó Cheng Ke.

—Tú eres más infantil que yo. —Jiang Yuduo sonrió.

Cheng Ke tenía mucha hambre y ya no le contestó. Bajó la cabeza y continuó comiendo. Pero no sabía por qué, aunque obviamente era su muñeca y no su estómago lo que estaba herido, ya no tenía apetito después de unos pocos bocados. Le encantaban los bollos de cerdo a la parrilla, pero solo comió uno.

Tal vez era por la situación de la mañana. Fue tan extraña que no podía comprenderla.

—Te llevaré de regreso —dijo Jiang Yuduo después de recoger los recipientes desechables de la mesa.

Cheng Ke vaciló durante unos segundos: —No, no está muy lejos. Tomaré un taxi.

—No es problema que abordes un taxi para regresar —dijo Jiang Yuduo—. Pero no tienes nada en la cama. No puedes tender las mantas con ambas manos. ¿Podrás con solo una mano?

Cheng Ke casi dijo que volvería al hotel, no al departamento, pero apretó los dientes y no dijo nada. Los ojos de Jiang Yuduo eran completamente diferentes de su temperamento habitual, creía y esperaba sinceramente que se mudara de nuevo. Realmente no podía decir nada que pudiera decepcionarlo y confundirlo.

Pero tampoco podía soportar la preocupación de Jiang Yuduo.

Si no hubiera conocido su postura hacia la homosexualidad de antemano, ahora no habría creído que era heterosexual por nada del mundo.

—No tienes que hacerlo. —Cheng Ke apretó los dientes—. No es muy difícil arreglar la cama.

Jiang Yuduo lo miró en silencio.

—Está bien, lo diré directamente. —Cheng Ke apretó los dientes de nuevo, otras cosas podían ser ambiguas, pero este asunto no.

—¿Qué? —preguntó Jiang Yuduo.

—Me dijiste que puedo estar interesado en ti, pero tengo que contenerme para que no lo percibas, ¿verdad? —dijo Cheng Ke.

Jiang Yuduo dudó un momento antes de asentir. —Sí, pero…

—Eres tan… tan… demasiado… considerado, sí, considerado. —Cheng Ke se mordió el labio—. ¿Cómo carajo puedo contenerme si eres tan considerado? Si quiero contenerme, tienes que cooperar.

Jiang Yuduo lo miró y dijo: —Joder.

—Aunque no es muy razonable, tienes que admitir que las cosas son así —dijo Cheng Ke.

—Hice lo mismo por Chen Qing. —Jiang Yuduo frunció las cejas—. Incluso bañé a Chen Qing cuando tenía las dos muñecas rotas. Y no actuó como tú ahora…

San Ge. —Cheng Ke caminó hacia él y se señaló a sí mismo—. ¿Soy Chen Qing? Ayudaste a Chen Qing a bañarse, ¿Chen Qing tuvo alguna reacción?

Jiang Yuduo abrió mucho los ojos, conmocionado.

—¿Todavía quieres ayudarme a bañarme? —Cheng Ke también estaba un poco sorprendido.

—Sí —dijo Jiang Yuduo.

—¡No! —Cheng Ke levantó la voz bruscamente—. No quiero romperme más partes del cuerpo.

Jiang Yuduo lo miró sin hablar.

—No soy Chen Qing, no puedes usar tu preocupación por Chen Qing conmigo, porque —Cheng Ke respiró hondo—, Chen Qing no estará pensando siempre en abrazarte, ni tocarte, ni besarte.

Jiang Yuduo permaneció en silencio con una expresión de asombro.

—Llamaré a un taxi para regresar. —Cheng Ke suspiró—. Hoy ya fue bastante vergonzoso. Primero deja que me calme.

Jiang Yuduo continuó manteniendo una expresión de asombro. Le tomó mucho tiempo volver a su apariencia normal. Arrugó las cejas y caminó hacia un lado, se sirvió un vaso de agua y bebió, y luego sirvió otro vaso: —¿Quieres agua?

—Sí. —Cheng Ke tomó una taza y se sirvió agua.

—Cuando te dije eso, no tenía una opinión sobre ti específicamente —dijo Jiang Yuduo—. Principalmente es que nunca había visto… a alguien homosexual, y no estaba acostumbrado. Me sentía un poco incómodo.

«¿Estás acostumbrado ahora

Cheng Ke dejó la taza y no dijo nada.

—Para ser honesto, aunque me besaste, no sentí asco —dijo Jiang Yuduo—. No sentí nada en absoluto.

«¿Nada en absoluto?»

«¡Vete a la mierda»

«Mejor que sintieras asco»

—No tienes que ser demasiado sensible sobre este asunto —dijo Jiang Yuduo—. Quiero saber si te has reprimido durante demasiado tiempo, entonces entiendo que…

—¿Qué dijiste? —Cheng Ke lo miró.

—Ha pasado demasiado tiempo —repitió Jiang Yuduo.

Le cambió una palabra.

—¿Qué mierda? —Cheng Ke casi sonrió—. No, ¿por qué dices que me he reprimido durante demasiado tiempo? ¿Quién dice que ha pasado demasiado tiempo?

—No lo sé. De todos modos, es la primera vez que veo a alguien que se rompe un hueso por darle un beso a otra persona —dijo Jiang Yuduo—. Estabas muy ansioso. Nadie te va a creer que no te habías estado reprimiendo.

Cheng Ke abrió la boca pero no dijo nada, no sabía cómo este asunto se transformó en que había estado reprimiéndose durante mucho tiempo.

Era demasiado sorprendente, ni siquiera podía reaccionar.

Después de volver a sus sentidos, sintió vergüenza que luego se convirtió en furia. Nunca había experimentado esta sensación enrevesada con tanto detalle una y otra vez.

Caminó hacia Jiang Yuduo y se plantó cara a cara con él: —Tu forma de pensar es muy extraña.

—Ah —respondió Jiang Yuduo.

—Ahora no estoy muy ansioso. No tengo nada de prisa, lo haré de nuevo como en cámara lenta, ¿qué te parece? —dijo Cheng Ke.

—¿Qué vas a hacer de nuevo? —preguntó Jiang Yuduo.

Cheng Ke se inclinó muy lentamente. Después de que la punta de su nariz alcanzó la punta de la nariz de Jiang Yuduo y pudo sentir su aliento, giró la cabeza muy lentamente y presionó sus labios contra los de él.

Después de aguantar durante tres segundos, se apartó muy lentamente.

Después de encontrar la mirada de Jiang Yuduo, sintió que había ganado y estaba exultante.

Pero antes de que pasaran dos segundos, Jiang Yuduo de repente se adelantó y, después de una pausa, le besó la punta de la nariz.

—¿Qué estás haciendo? —Cheng Ke sintió una leve confusión.

—No lo sé —respondió Jiang Yuduo con sinceridad.

—Oh. —Cheng Ke lo miró. Después de un momento, se dio la vuelta y recogió su chaqueta—. Yo… me voy.

—Bueno. —Jiang Yuduo asintió.

>>><<<

 

Cheng Ke llamó a un taxi y, después de verlo subir al automóvil, Jiang Yuduo se dio la vuelta y regresó a la casa a sentarse en el sofá.

Miau se acercó de inmediato y le saltó al regazo.

Le rascó la cabeza.

Frunciendo el ceño de nuevo, levantó la mano y se tocó la boca.

Este tipo de sentimiento era difícil de describir. Las veces anteriores que Cheng Ke lo besó, no tuvo sentimientos especiales más que conmoción, no sintió enojo ni repugnancia. Ni siquiera sintió nada hoy al mediodía. Después de todo, Cheng Ke se rompió un hueso después de tocarlo…

Pero hace unos minutos, realmente sintió el beso en cámara lenta de Cheng Ke.

Nunca había experimentado algo así, a diferencia de cualquiera de las sensaciones mencionadas en las novelas, como flotar, marearse, quedar en trance, o que el corazón fuera a salírsele del pecho, nada de eso.

Simplemente sintió que era muy agradable.

Fue como cuando alguien le regaló un ovillo de lana cuando era muy pequeño y él lo ponía junto a su cara para dormir todas las noches, era muy agradable.


Anterior  ¦  Índice  ¦  Siguiente

3 comentarios en “Antídoto 52

  1. Pingback: Antídoto | unmillardevidas

  2. Pingback: Antídoto 53 | unmillardevidas

Deja un comentario