Antídoto 36

 

El mesero los rescato cuando Cheng Ke estaba tan avergonzado que quería golpear a Jiang Yuduo.

—¡Número 23, es su turno! —grito el mesero mientras levantaba la cortina.

—Vamos. —dijo Jiang Yuduo felizmente, y tiró de Cheng Ke—. Somos el número 23.

«¡Que local más jodido

El mesero ni siquiera decía «Por favor comensal número 23», sino que te gritaba groseramente.

«Es su turno».

Eso se decía cuando eras el siguiente en ducharte, el siguiente en abordar el autobús o cuando comprabas boletos…

Pero cuando entraron en el local y olieron el fuerte aroma de la sopa agria de pescado, Cheng Ke los perdonó temporalmente.

—¿Qué clase de sopa quieren? —preguntó el mesero.

Jiang Yuduo miró a Cheng Ke.

—¿Qué tipos hay? —preguntó.

—Salada agria, picante agria, super picante agria, ligera agria, sencilla agria. —reportó el mesero sin respirar.

Probablemente porque tenía que decirlo varias veces al día, era rápido, y su velocidad al hablar era impresionante. Después del reporte, Cheng Ke recordó solo “agria”, pero olvidó todo lo demás.

Jiang Yuduo lo observó un momento, luego se giró hacia el mesero; —Sopa picante agria, con pescado negro.

—Bien. —El mesero asintió—. Primero llevaré esa orden y llámenme cuando quieran ordenar los otros platillos.

Antes que pudieran responder, el mesero se dio la vuelta y se marchó, apresurado hacia una mesa donde estaban agitando la mano para pedir servicio.

—¿El negocio es tan prospero? —Cheng Ke suspiró contrariado.

—Mm, los meseros se cansan mucho. Tu Er no aguanto ni un año, así que renunció —dijo Jiang Yuduo.

—Oh. —Cheng Ke asintió.

—¿Alguna vez has trabajado? —preguntó Jiang Yuduo, lo meditó y cambió la pregunta—. ¿Alguna vez has tenido un empleo?

—No —dijo Cheng Ke—. Solo… trabajé en la compañía de mi padre durante un tiempo.

—¿Qué hacías?

Este era el tema del que Cheng Ke estaba más reacio a hablar. Ni siquiera hablarlo, a veces solo de pensarlo se deprimía. El lado bueno era que estaba en la compañía de su padre. Lo no tan bueno era que estaba con Cheng Yi. Él lo estaba entrenando. El lado malo era que era su asistente.

Suspiró bajito. —Hacía cosas por Cheng Yi.

—… Oh, no me extraña. —Jiang Yuduo no parecía muy sorprendido, solo asintió—. Está bien, no es cansado y se recibe dinero a cambio.

Cheng Ke se río. —Sí.

—¿El salario era alto? —preguntó Jiang Yuduo de nuevo.

—No tenía salario—dijo Cheng Ke—. Cuando pagas algo, tienes que ir a la gerencia a reportarlo y luego te devuelven una fracción al final del año.

—Ah. —Jiang Yuduo asintió, sosteniendo un bolígrafo para marcar el menú—. No es de extrañar que tiraras un reloj de más de 100 000 yuanes.

—Ese reloj. —Cheng Ke sonrió—. Cheng Yi me lo dio.

Jiang Yuduo levantó la vista para mirarlo. —¿Incluso te hizo un regalo?

—Mm. —Cheng Ke tomó un sorbo de té—. Creí que era… una señal de que nuestra relación podía mejorar.

—Resultó que fue una señal de que te iban a echar de la casa. Si no me equivoco, el reloj es bastante nuevo y no lo habías usado más que unos pocos días —dijo Jiang Yuduo—. De hecho, incluso si no existiera un segundo hijo luchando por los bienes, tarde o temprano tu padre iba a echarte de la casa.

—Probablemente —dijo Cheng Ke.

—Pero debiste aguantar unos cuantos meses más —dijo Jiang Yuduo—. A pesar de todo, te iban a devolver una fracción del dinero para el final del año. Supongo que no recibiste mucho el año pasado.

—Yo… —Cheng Ke realmente no quería decir nada. Definitivamente no hablaría sobre su pasado vergonzoso, pero JY siempre le hacía bajar la guardia—. No reporté mis gastos el año pasado.

Jiang Yuduo levantó la cabeza, sorprendido. Cuando estaba a punto de hablar, el mesero trajo una gran olla de sopa agria de pescado, y miró fijamente a Cheng Ke a través del vapor encima de la olla.

Después que el mesero encendió el fogón y se alejó, dispersó el vapor con la mano: —¿No trabajaste ni un año?

—Mm —respondió Cheng Ke.

—Has vivido durante veintisiete o veintiocho años, sin trabajar, ¿y tu padre te echó de la casa menos de un año después de trabajar con tu hermano en su propia compañía? —Jiang Yuduo lo resumió—. Si dices que eres un pedazo de basura, entonces no puede negarse…

Jiang Grandote era digno representante de haber crecido en las calles, y con frecuencia decía las cosas tan directamente, sin inteligencia emocional.

Cheng Ke sentía que debería sentirse avergonzado, pero inesperadamente solo se sentía un poco emocional y un poco ridículo. El resumen de Jiang Yuduo era bastante acertado.

—Sí. —Cheng Ke se rio—. Estuve haciendo cosas variadas durante unos cuantos meses, y cuando empecé a encargarme de los negocios serios, apenas tuve una reunión sobre un negocio y parece que… se arruinó.

—No pareces alguien que pueda joderla. —Jiang Yuduo frunció el ceño—. ¿Tu hermano tuvo algo que ver?

Cheng Ke no habló, y dio golpecitos en el vaso vacío. Por supuesto que él no arruinaría las cosas. Aunque no estaba interesado en los negocios, aun así quería hacer un buen trabajo.

Pero Cheng Yi no le dio esa oportunidad.

Jiang Yuduo agarró la botella y le sirvió licor. —Si habías sido un inútil antes, tal vez podrías haber seguido siéndolo hasta que fueras viejo, pero repentinamente ya no eras un inútil. Naturalmente, tu hermano tenía que deshacerse de los obstáculos.

Cheng Ke miró a Jiang Yuduo. Este hombre era joven, pero pensaba cabalmente.

—La gente acaudalada como tú tiene una vida agotadora. —Jiang Yuduo se sirvió licor—. Si soy un inútil, mi padre no está feliz. Si no soy un inútil, mi hermano no está feliz.

Cheng Ke cogió el vaso y Jiang Yuduo también.

—Salud. —Cheng Ke chocó los vasos bruscamente y el licor se derramó sobre la sopa.

—Yo estaré bien, pero no sé cuánto puedas beber tú. De todas formas, no quiero cargar a un borracho hasta su casa. Está bastante lejos. —Jiang Yuduo levantó la cabeza y se bebió el licor, puso el vaso sobre la mesa y lo miró provocativamente.

Por un lado, dijo que no iba a cargar a un borracho, y por otro lado, estaba listo para reírse de él en caso que el otro no aguantara mucho la bebida.

Cheng Ke levantó la cabeza y se bebió el licor, luego dejó el vaso junto al otro.

—Vaya. —Jiang Yuduo sonrió—. Sí que puedes beber, ¿Eh?

San Ge. —Cheng Ke también sonrió—. No soy un inútil en todo.

—No te preocupes, aunque me emborrache. —Jiang Yuduo llenó los dos vasos vacíos—. No necesitas cargarme de vuelta, solo llama a Chen Qing y pídele que venga a arrastrarme al coche.

—¿Y qué tal si yo estoy más borracho? —preguntó Cheng Ke.

—Te despertaré —contestó Jiang Yuduo.

Cheng Ke probablemente heredó de su padre la forma de beber. Desde joven, lo vio beber incontables veces y nunca lo había visto ebrio.

Él podía beber cualquier cosa con esos antiguos amigos suyos y nunca se había emborrachado.

Era mejor que Cheng Yi en ese aspecto, Cheng Yi no podía beber mucho.

No, él no bebía mucho. No bebía mucho desde que se dio cuenta que no le convenía.

Pensándolo así, Cheng Yi también era mejor que él en eso.

Cheng Ke no tenía un juicio acertado sobre nada que no fuera bueno para él, y nunca tomaba la decisión correcta basado en el razonamiento.

Por ejemplo, Jiang Yuduo.

Lo miró, sentado frente a él.

Si fuera Cheng Yi, desde el principio no se habría involucrado con alguien como Jiang Yuduo, y después de descubrir que tenía problemas, no habría tenido contacto con él ni por un segundo.

Todos clasificaban a la gente, consciente o inconscientemente. Cheng Yi, era agradable, según su grupo de antiguos amigos. Cheng Ke clasificaría a Jiang Yuduo aparte de esos pandilleros de las calles. Y Jiang Yuduo clasificaría a un joven amo como Cheng Ke aparte de los de «su tipo».

Levantó el vaso y lo extendió enfrente de Jiang Yuduo.

Este lo miró, recogió el vaso y chocó suavemente con el suyo. —Sí no tuvieras el vaso lleno, pensaría que estas pidiéndome una bebida.

Cheng Ke sonrió.

 

La sopa agria de pescado de hoy era deliciosa, el picante era muy fragante, el pescado no tenía espinas y el licor era muy agradable.

Jiang Yuduo lo miró después de pagar la cuenta. —¿Cómo es que no se nota que sabes beber?

—No puedes juzgar por las apariencias —Cheng Ke le dio palmaditas en el hombro.

No estaba ebrio, pero definitivamente se sentía mareado.

Cheng Ke salió del local, intentando inhalar suficiente aire para despertarse, después de inhalar, se dio la vuelta y regresó al restaurante.

—¿Qué pasa? —Jiang Yuduo se le acercó.

—Está nevando —dijo Cheng Ke.

—¿Y eso qué? —preguntó Jiang Yuduo—. ¿Nunca has visto la nieve? ¿Te gustaría salir y aullar?

—… Solo diré que está nevando —dijo Cheng Ke.

—¿Se te congeló la retaguardia? —dijo Jiang Yuduo.

—Ah. —Cheng Ke sonrió.

—Que mierda —Jiang Yuduo le miró el cuello—. Traes puesta un montón de ropa.

—Salí demasiado rápido —Cheng Ke se puso la capucha, se subió la cremallera hasta la barbilla y salió—. No estaba preparado.

—Que delicado —dijo Jiang Yuduo—. Tú eres el bonito y adorable.

—… Joder. —Cheng Ke giró la cabeza para mirarlo—. De verdad se te quedaron grabadas las palabras.

Jiang Yuduo se río. —Ey, no lo sé. Solo lo dije por decirlo.

—Por favor di algo diferente la próxima vez —dijo Cheng Ke.

Excepto por motocicletas y bicicletas, en esta calle ni siquiera podían entrar triciclos, así que tenían que abordar un taxi en la intersección.

Cheng Ke rara vez necesitaba caminar media calle después de comer, y quedarse esperando un taxi a un lado de la calle. Admiraba a la gente que salía así. Todos tenían que salir a esperar un taxi; o abordar el coche en el estacionamiento en la intersección.

Sin embargo, apenas eran treinta a cincuenta metros de distancia. Al ver a otros caminando tranquilamente, Cheng Ke sintió que Jiang Yuduo tenía razón cuando decía que era delicado. Era muy delicado. Un hombre mayor suspiraba por tener que caminar media calle en invierno.

—¿Puedes llamar un taxi aquí? —Cheng Ke se quedó parado en la intersección, observando los coches ir y venir.

—Llamé, y aún no me han aceptado la orden. —Jiang Yuduo extendió el teléfono—. Ve a esperar en el supermercado de enfrente. El coche no necesetará dar la vuelta cuando llegue.

—Bien. —Cheng Ke asintió, el semáforo de cruce para los peatones estaba en verde, así que cruzó la calle rápidamente.

Esta clase de clima estaba bien al caminar, pero congelaba a la gente en cuanto se detenían.

Cuando llegó a la mitad del cruce, el viento empezó a soplar violentamente. Cheng Ke escuchó un sonido, pero con las orejas metidas en la capucha, solo pudo escuchar que no era el sonido del viento, y era muy agudo comparado con el rugido del viento.

Cuando vio a la izquierda, las luces estaban casi encima de él, y se percató que era el chillido de los neumáticos frotándose contra el asfalto cuando los frenos se apretaban repentinamente.

En ese momento, solo una frase le destelló en la mente.

«Este idiota giró a la derecha sin bajar la velocidad. El suelo estaba congelado y no pudo detenerse.»

La reacción de Cheng Ke fue bastante rápida. Eligió retroceder ya que, si corría hacia enfrente, tal vez lo golpearía la parte trasera del coche que estaba patinando ante el repentino frenazo.

Pero el tiempo realmente no era suficiente, el coche estaba demasiado cerca.

Después de un solo paso atrás, sintió que el coche ya estaba encima de él.

Repentinamente, sintió que la luz era cegadora, adelante, atrás, izquierda y derecha, arriba y abajo eran todo luz, nada más era visible.

Entonces sintió que tiraban de su brazo derecho hacia atrás, y todo su cuerpo se vio tironeado.

Esa fuerza era tan grande que sintió como si su cuello apenas pudiera seguirle el ritmo a su cuerpo.

El coche pasó a toda velocidad enfrente de él, derrapando la parte posterior, y siguió avanzando más de diez metros, forzó tres coches a detenerse en el carril opuesto, volvió a deslizarse a su propio carril y luego continuó conduciendo.

Cuando Cheng Ke volvió en sí, Jiang Yuduo ya lo había jalado a un costado del camino.

—Joder. —Maldijo en un susurro, algo asustado.

Jiang Yuduo no hizo ni un sonido, aún lo tenía sujeto por el brazo, y su otra mano le rodeó el pecho y tiró de él hacia atrás.

Como Cheng Ke estaba de espaldas a él, el tirón lo desequilibró y trastabilló.

—Está bien —dijo Cheng Ke, girando la cabeza para mirar a Jiang Yuduo—. Puedes soltarme.

Jiang Yuduo no dijo ni una palabra, siguió avanzando rápidamente.

—¿Jiang Yuduo? —Cheng Ke le levantó el gorro de la cabeza y le gritó en el oído otra vez—. ¡Suéltame, está bien!

Jiang Yuduo lo miró, pero siguió sin hablar.

Cuando Cheng Ke giró la cabeza, escuchó su respiración pesada y acelerada. Jiang Yuduo estaba muy alterado, a juzgar por semejante respiración.

—¿San Ge? —Cheng Ke repentinamente se puso nervioso, intentó gritar de nuevo y al mismo tiempo estaba listo para levantar las manos, en caso de pelea.

Pero Jiang Yuduo no lo golpeó, solo continuó arrastrándolo hacia atrás, de vuelta a la intersección, luego a un costado de un edificio, solo entonces lo soltó.

—Tú… —Cheng Ke respiró de alivio y justo cuando estaba a punto de decir que había reaccionado bastante rápido, Jiang Yuduo lo abrazó.

Su agarre fue tan fuerte que Cheng Ke se inclinó hacia delante, y cuando quiso apartarse, el brazo de Jiang Yuduo ya lo estaba estrujando.

—¿Jiang Yuduo? —Cheng Ke se asombró.

En circunstancias normales, inmediatamente habría cambiado de humor y empezado a disfrutarlo, pero ahora la reacción inmediata a este abrazo era que Jiang Yuduo tal vez estaba planeando estrujarlo con toda su fuerza.

Rápidamente dobló el codo, intentando interponer el brazo entre ambos, para poder empujarlo cuando Jiang Yuduo ejerciera fuerza.

Pero Jiang Yuduo no hizo más, dejó de moverse tras abrazarlo.

No podía decir que no lo conmoviera.

El cuerpo que lo abrazaba estaba temblando.

Cheng Ke lo sentía.

Jiang Yuduo estaba temblando, al rodearlo con los brazos, su cuerpo empezó a temblar.

Su respiración aún era muy acelerada, como si estuviera jadeando de cansancio y susto después de que un fantasma lo persiguiera diez kilómetros.

Cheng Ke no empezó a reaccionar hasta entonces.

Este estado de Jiang Yuduo.

Era temor.

—Está bien. —Cheng Ke vaciló, y luego lo rodeó con los brazos para abrazarlo.

A través de su abrigo grueso, el cuerpo de Jiang Yuduo estaba temblando en sus manos.

—Está bien. —Cheng Ke no sabía consolar a la gente, ni había consolado a nadie nunca, mucho menos en una situación como la de Jiang Yuduo. No podía imaginar a qué le tenía miedo, así que solo podía repetir esa frase—: Está bien.

Jiang Yuduo no reaccionó mucho, solo apretó los brazos y se aferró a su ropa con fuerza.

—Está bien, está bien. —Cheng Ke se admiró tremendamente, repitiendo eso una y otra vez, estiró la mano para palmear la espalda de Jiang Yuduo ligeramente, susurrándose palabras mentalmente, cavilando. Aunque pensó en cambiar la frase, volvió a decir—: Está bien…

«Olvídalo, cállate.»

Cheng Ke ya no habló, solo continuó palmeando la espalda de Jiang Yuduo suavemente.

Después de aproximadamente dos minutos, Jiang Yuduo no parecía regresar a la normalidad. Cheng Ke sintió que ya era tiempo de que el abrazo terminara, así que intento tirar de su ropa.

Jiang Yuduo se movió ligeramente.

Cheng Ke rápidamente volvió a dar un tirón. Cuando el brazo de Jiang Yuduo se puso rígido, lo apartó.

Pero Jiang Yuduo le sujetó la manga de nuevo y lo miró fijamente.

—Soy yo —dijo Cheng Ke inmediatamente—. Cheng Ke, soy Cheng Ke.

Temía que fuera demasiado tarde, y que Jiang Yuduo lo golpearía.

Después de hablar, Jiang Yuduo no reaccionó, solo frunció el ceño, con ojos confundidos.

—¿Jiang Yuduo? —Cheng Ke le sostuvo la cara con cuidado y la agitó ligeramente—. Ey, soy yo.

La respiración de Jiang Yuduo finalmente cambió, y empezó a hacerse más lenta.

—Está bien —dijo Cheng Ke.

«Mierda ¿No tienes otras palabras

Jiang Yuduo lo miró.

Cheng Ke no sabía cómo se sentía ahora, excepto por algún ligero temor, la expresión de la cara de Jiang Yuduo lo hacía sentir un poco incómodo.

Ese miedo era real.

Jiang Yuduo estaba envuelto en alguna clase de temor real.

—Habla. —Cheng Ke siguió sosteniéndole la cara y sacudiéndola ligeramente.

Jiang Yuduo no dijo nada, solo lo miró.

Cheng Ke tomó una decisión. Confirmó que su decisión estaba basada en el propósito de regresar a Jiang Yuduo a la realidad, pero no podía negar que existía algo más en su mente.

Pero ahora mismo no tenía otra manera. No tenía el coraje para abofetearlo en la cara. Tenía miedo de meterse en una pelea en la calle, sin mencionar que Jiang Yuduo tenía un cuchillo en el bolsillo.

Se aclaró la garganta.

No sabía por qué se aclaró la garganta.

De todas formas, se aclaró la garganta.

Y entonces besó a Jiang Yuduo en los labios.

«¡Despierta, bonito y adorable

Tan pronto los labios de Cheng Ke se alejaron, Jiang Yuduo lo empujó.

Detrás de él había una pared, y Cheng Ke impactó directamente contra ella.

Jiang Yuduo lo miró fijamente durante varios segundos, y finalmente habló: —¿Qué haces?

—Joder. —Cheng Ke lo miró, finalmente tenía una mirada enfocada, de sorpresa—. ¿Estás bien?

—…Estoy bien. —Después que Jiang Yuduo terminó de hablar, meditó un momento, y luego volvió a preguntar—. ¿Me besaste? Joder.

—Mm —dijo Cheng Ke—. Si no reaccionabas, te iba a follar en la calle.

Jiang Yuduo se quedó en silencio, y soltó un largo suspiro. —Me asusté muchísimo.

—¿Qué? —preguntó Cheng Ke.

—¡No miras a la calle cuando cruzas! —rugió Jiang Yuduo.

—¡Oh, joder! —Cheng Ke se asustó por su volumen y golpeó la pared de nuevo—. ¡¿Por qué gritas?!

—¿No pudiste ver que venía un coche! —rugió Jiang Yuduo de nuevo.

—…No lo vi. —Cheng Ke vio a alguien mirarlos desde el otro lado de la calle, y bajó la voz—. Llevo capucha. Además, no esperaba que nadie condujera así en este clima.

—¡Si no te hubiera agarrado, habrías muerto! —dijo Jiang Yuduo.

—No necesariamente… tal vez solo me habría golpeado, pero no hubiera muerto —dijo Cheng Ke un poco envalentonado, principalmente porque realmente no sabía qué decir para que Jiang Yuduo ya no estuviera enojado.

Jiang Yuduo lo miró fijamente un rato, y luego repentinamente se rio. —Jódete.

Cuando Cheng Ke vio su sonrisa, sintió alivio y se acomodó la ropa. —Gracias.

El celular de Jiang Yuduo sonó. El coche que había llamado llegó y no veía a nadie.

—Llegaré pronto. Estamos al otro lado de la calle —dijo Jiang Yuduo. Después de colgar el teléfono, miró a Cheng Ke—. El coche está aquí. Vamos.

—Sí —replicó Cheng Ke.

Al cruzar la calle esta vez, Jiang Yuduo caminó a su izquierda, y a mitad del cruce peatonal, Jiang Yuduo volvió a cambiarse a su derecha.

Cheng Ke quiso reírse un poco, pero sentía ganas de llorar.

Sin importar la razón, el corazón de Jiang Yuduo era tan blando como una yema de huevo.

Desde la golpiza del otro día, habían abordado un coche dos veces. Jiang Yuduo se había sentado en el asiento del pasajero. Esta vez, después que Cheng Ke abordó y se sentó en el asiento trasero, Jiang Yuduo lo siguió y se sentó a su lado.

Después que el coche avanzó, Jiang Yuduo miró por la ventana del coche, miró atrás unas cuantas veces, y entonces se metió la mano en el bolsillo.

El corazón de Cheng Ke saltó. Después de ver que solo sacaba un cartón de cajetilla de cigarros y un bolígrafo de su bolsillo, giró la cabeza y empezó a sonreír al cristal de la ventana.

—No te rías, carajo —susurró Jiang Yuduo, bajando la cabeza y escribiendo en el papel.

—¿Qué escribes? —preguntó Cheng Ke en voz bajita.

—Matrícula. —Jiang Yuduo escribió una serie de letras y números en el papel.

—¿De ese coche? —Cheng Ke se asombró.

—Sí. —Jiang Yuduo asintió, devolvió el papel escrito y el bolígrafo a su bolsillo—. Temo que lo olvidaré en dos días si no lo escribo.

Ya ni hablar de dos días, Cheng Ke sentía que él se olvidaría en un segundo.

No, era sencillamente imposible de recordar.

Jiang Yuduo realmente pudo escribir la matrícula en esas circunstancias.

El conductor colocó un disco y Cheng Ke se conmovió cuando la música empezó a sonar.

Era raro toparse con un conductor que no escuchara estaciones del tráfico o narraciones de historias o entrevistas o escuchara las listas de éxitos, sino que puso una melodía de guitarra.

Él y Jiang Yuduo ya no hablaron, se reclinaron en el asiento y escucharon la tonada tranquilizadora.

Hasta que el coche se giró a la calle donde vivía, Jiang Yuduo se inclinó sobre su oreja y le preguntó en voz bajita: —Carajo ¿De verdad me besaste?

Escuchando su tono, Cheng Ke estimó que no podía contener la pregunta hasta que llegaran.

—Sí. —Cheng Ke también le susurró al oído—, las circunstancias especiales necesitan un tratamiento especial, y no es la primera vez que te beso.

—…Ah. —Jiang Yuduo frunció el ceño y lo miró.


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