Antídoto 34

Cuando Jiang Yuduo llego al edificio 3, Dabin, que estaba allí acuchillado, fumando, se levantó. —Ge, todos están aquí. Esperan en el séptimo piso.

—Subamos. —Jiang Yuduo entró en el corredor.

No había estado aquí desde que murió el tío flacucho, y Lu Qian no lo había urgido, pero el otro inquilino del séptimo piso lo llamó dos veces para decirle que pagaría la renta inmediatamente, y esperaba que limpiara la casa pronto.

Jiang Yuduo llamó a otras personas para hacer la limpieza, pero no le daba miedo. No había nada terrible en la muerte de una persona. Cuando estaba vivo, era un nombre en el registro de Lu Qian y desaparecería al girar la página. Después de la muerte, si existía un señor del Inframundo, entonces sería un nombre en el libro de registro del Inframundo; y al girar la página también desaparecería.

Solo que no quería encarar esa clase de atmósfera, el vacío después de la desaparición de una persona como si nunca antes hubiera existido.

Cuando llegó al quinto piso, Jiang Yuduo olió incienso y papel quemado.

—¿Qué están haciendo allí arriba? —Frunció el ceño.

—Es una ofrenda, para calmar al espíritu. Ese hombre al parecer no tenía ningún familiar —dijo Dabin en voz baja—. También es para que los inquilinos de al lado estén tranquilos y cuando alguien alquile allí, no le digan nada y lo espanten.

—Sí —replico Jiang Yuduo.

La ventana en el corredor del séptimo piso estaba abierta, pero aún se veía el humo. Los hermanitos que Dabin llamó quemaron el papel en la habitación y la puerta, e incienso en la casa.

San Ge. —Todo se detuvieron cuando vieron a Jiang Yuduo llegar.

—¿Terminaron? —preguntó Jiang Yuduo.

—Es todo, terminamos —dijo uno—. En un rato… Entraremos y limpiaremos.

—Empaquen todas sus cosas en cajas —dijo Jiang Yuduo—. Hay una casita destartalada junto al edificio 2, lleven le las cosas a la anciana que recolecta basura, ella las quiere.

—Bien. —El subordinado asintió, lo pensó y susurró—. ¿Ella quiere todas las cosas del muerto?

—Ni siquiera consideres quedarte con una parte —dijo Jiang Yuduo—. ¡Apresúrense a limpiar!

Un montón de hermanitos estaban limpiando la casa. Usualmente no trabajaban en las cosas del hogar y además se sentían afectados por las circunstancias. Como fuera, todo lo arrojaron en las cajas, haciendo un montón de ruido. La gente que no supiera, creería que estaban robando.

A mitad de la limpieza, la anciana recolectora de basura llegó, y Jiang Yuduo no sabía porque había subido hasta el séptimo piso.

—Alguien te lo llevara en un rato —dijo—. Nadie te lo va a quitar.

—Déjame ver. —La anciana entró en la casa mientras hablaba, dobló la espalda para mirar en las cajas. Después de unas miradas, alcanzó dentro de la caja y sacó una taza de plástico y la arrojó al piso—. Esto no lo quiero. No puedo utilizarlo o venderlo por dinero.

—¡Joder! —Dabin volvió a lanzar la taza dentro de la caja—. Lo acabamos de recoger, ¡cómo nos lo llevamos si lo sacas!

—No puedo venderlo —repitió la anciana, y sacó otra cosa que no se sabía si era una caja musical o algo parecido. Jiang Yuduo estaba pensando que el hombre flacucho era muy interesante. La anciana ya había levantado la mano con la caja, la dejó caer al piso y dio dos pisotones. La caja se rompió. Lo removió con el pie unas cuantas veces—. No hay nada que vender aquí…

Jiang Yuduo no sabía de dónde sacaba tanta energía. Él tendría que utilizar los dos pies si quisiera aplastar la caja.

Frunció el ceño y tiró del brazo de la anciana para sacarla, la señaló. —Sí quieres revisarlo, ve a casa y espera, si vuelves a tirar algo, no obtendrás ninguna de estas cosas. ¿Entendido?

La anciana lo miró, muy molesta, y se quedó a un lado, maldiciendo.

—Debe haber algo odioso en ser pobre —Dabin estaba muy molesto—. La ves así, le das cosas amablemente ¡y no esperas que las coja y las tire después de recibirlas!

—Todos tienen su propia forma de vivir —dijo Jiang Yuduo—. A ella no le afectará aunque te enojes tanto. Limpia y trapea el piso con agua cuando terminen.

—Sí. —Dabin asintió.

Jiang Yuduo cogió un gran sobre rojo del bolsillo y se lo tendió a Dabin: —Compártelo con todos en un rato, y vayan a comer. Estoy aburrido, así que me voy primero.

—Déjamelo a mí. —Dabin aceptó el sobre rojo—. Tú estás ocupado.

Después de salir por el corredor, Jiang Yuduo inhaló el aire frío y se sintió más cómodo.

Lu Qian lo llamó para pedirle que fuera a la florería a comprar plantas verdes, para alejar a los malos espíritus y atraer el dinero, se colocarían en el salón de juegos.

—Tienes a un montón de viejos fumando todo el día allí, hay mucho humo —dijo Jiang Yuduo—, además ¿dónde hay plantas verdes en esta temporada?

—¿Quién dice que no hay?, se mantienen en invernaderos —dijo Lu Qian—. Debe haber de esas que son para interiores. Compra una docena, pueden purificar el aire.

—Iré a buscar.

—Además, mi madre vendrá en dos días, dijo que quería regresar a la casa antigua —dijo Lu Qian—. Puedes encontrar otro lugar para quedarte durante dos días.

—Bien. —Jiang Yuduo sonrió—. ¿Qué no había dicho que ya no quería regresar? Siempre discute con la señora Zhang.

—Se siente sola —dijo Lu Qian—. Después de una vida de ruido, repentinamente ya no tiene con quien discutir ni alterarse.

—Entonces primero limpiaré la casa —dijo Jiang Yuduo.

—No limpies, no vivirá allí más de dos días, no te molestes —dijo Lu Qian—. No está dispuesta a quedarse en la casa antigua mucho tiempo. Debo arrastrarla para que vaya.

—Bien —respondió Jiang Yuduo.

La madre de Lu Qian era una anciana extraña. Cuando regresaba, se rehusaba a vivir con su hija. Tenía que vivir en la casa antigua. Entonces discutía con la abuela del niño de tres años y medio de la mañana a la noche. Después de dos días de peleas, se enojaba mucho. Se marchaba y permanecía alejada unos cuantos meses.

Cuando la anciana regresaba antes, Jiang Yuduo iba a vivir en la casa nueva, o se quedaba en la posada donde había cuartos libres; pero ahora la casa nueva estaba alquilada por Cheng Ke y la posada estaba llena. Sólo estaba libre el departamento del tío Flacucho… Solo podía ir al hotel.

Lo único problemático era Miau.

Sus hermanitos estarían dispuestos a ayudar a cuidarlo, pero si ni siquiera podían cuidarse a sí mismos, sería mejor poner al gato de vuelta en el contenedor de basura. Excepto por Chen Qing, no confiaba en nadie para cuidar de Miau.

Pero Chen Qing vivía con sus padres. Su madre no permitía animales que soltaran pelo. Chen Qing tampoco tenía permitido criar peces. ¿Tal vez incluso le disgustaba las escamas?

Que problemático.

Jiang Yuduo encendió un cigarrillo. Primero compraría las plantas.

Había un montón de florerías en las dos calles. Durante medio trayecto había locales para fotos de boda y florerías intercalados

Pero nunca había entrado a una florería, y no sabía que había dentro, y además no parecían tiendas grandes. La petición de Lu Qian no parecía caber en esas tiendas.

Hoy el sol no estaba mal, y el viento no era fuerte, pero la temperatura era baja, y había unos cuantos transeúntes en el camino, como Cheng Ke que le temía al frío y no salía si no necesitaba nada.

Para Jiang Yuduo, esta clase de estado cuando nadie está en la calle es bueno y seguro.

No necesitaba observar y prestar atención a todos, así que era más fácil.

Efectivamente, había un montón de flores en una florería. Pero no podía ver a través del cristal si cumplían los requerimientos de Lu Qian. Jiang Yuduo caminó por media calle, eligió una puerta con flores que parecía grande y entró…

—Bienvenido —dijo un hombre.

Jiang Yuduo no vio a nadie. Por hábito, miró en dirección al sonido y caminó dos pasos hacia allí. Vio a una persona en el rincón, acuclillada para amarrar un ramo de flores con un moño.

Entonces volvió a mirar la tienda. Había un montón de flores que no podía nombrar. De todas formas, todas estaban en baldes, y había una fuerte fragancia en la habitación.

—Jefe, ¿tienes alguna planta verde grande aquí? —preguntó Jiang Yuduo.

—¿De qué edad? —El jefe se levantó y se acercó—. ¿Para ponerla en dónde?

—Eso… —Jiang Yuduo se asombró cuando vio al hombre claramente—. Dentro de la casa.

—Sí. Grande o pequeña —preguntó el jefe.

—Oh. —Jiang Yuduo miró al hombre enfrente de él que sonaba masculino. pero lucía como una chica con cabello corto y tenía sombra de ojos puesta—. Grande… No creo que tengas aquí.

—Sí está seguro que las quiere, se las enviaré directamente, no están en la tienda — dijo el jefe—. Las encargaría en el vivero.

—Ah. —Jiang Yuduo asintió—. Solo… ¿Me puedes recomendar alguna?

—Bien. —El jefe sacó su celular y asintió—. Le mostraré las fotografías y puede elegir una.

Jiang Yuduo ahora estaba seguro que era un hombre, le había visto la manzana de Adán.

De hecho, usualmente veía a hombres con maquillaje e incluso con falda, pero nunca había visto a uno a corto alcance, mucho menos hablado con él. Se sentía un poco incómodo ahora, especialmente después de conocer a Cheng Ke. Ya no veía a una persona así igual que antes.

Un chico bonito y adorable.

Esas palabras estuvieron en su mente al instante, y no pudo escaparse de ellas.

Bonito, bonito, adorable, adorable, adorable…

«¿Deben ser así, no?»

«¿Los que le gustan a Cheng Ke

Ese gusto era un poco incomprensible.

«Una chica con pija…»

 

•••

—Cheng Ge, siéntate un momento —dijo Xiao Yang—. Te traeré una jarra de té frutal.

—No —contestó Cheng Ke—. Echaré un vistazo.

—Siéntate un rato, vendré de inmediato. —Xiao Yang se acercó rápidamente a la mesa del área de servicio, sacó una silla y corrió a la alacena rápidamente.

Cheng Ke tuvo que ir a sentarse.

Xiao Yang cogió el té frutal y corrió de vuelta rápidamente, y se sentó enfrente de él.

—De hecho, no es sorprendente que no me recuerdes, Cheng Ge —dijo Xiao Yang—. Sólo intercambiamos unas pocas palabras antes.

¿Habían hablado antes?

Cheng Ke estaba incluso más confundido. De acuerdo a su apariencia, podía recordar a la gente durante mucho tiempo sin que hablaran

—Oh —Xiao Yang suspiró—. Hace dos o tres años, entrenamos en el mismo gimnasio durante varios meses.

—¿En serio? —Cheng Ke lo miró de nuevo—. Conozco a todos los entrenadores personales de allí.

—No era un entrenador personal, era gordo en ese entonces. —Xiao Yang sonrió—. Te pedí consejos de ejercitamiento.

—… Oh —Cheng Ke dio una respuesta educada, pero sin mencionar que fue dos o tres años antes, como Xiao Yang era gordo antes, no le había dejado ninguna impresión—. Entonces te fue muy bien. ¿Ahora eres entrenador personal?

—Me interesó mucho en ese tiempo. Después de conseguir mi certificado, renuncié a mi trabajo para convertirme en un entrenador —dijo Xiao Yang—. Cheng Ge, si ahora vives por aquí, somos los mejores.

—Mm —replicó Cheng Ke.

Xiao Yang le habló durante un largo rato, y Cheng Ke no escuchó atentamente lo que le decía. De todas formas, era casi todo sobre el gimnasio. La única razón por la que podía sentarse aquí a escuchar sin interrupciones era que Xiao Yang tenía un buen cuerpo y lucía bien. Era del tipo tonificado pero esbelto.

Similar a su anterior entrenador personal.

Pero… no tan atractivo como Jiang Yuduo.

Al pensar en él, empezó a distraerse. Su sueño de anoche se agitó de aquí para allá en su mente.

Normalmente no recordaría nada de esa clase de sueño primaveral, después de despertar en la mañana. Pero ya que Jiang Yuduo participó en éste, aún podía recordarlo.

Probablemente pronto el invierno llegaría a su fin.

O tal vez había visto antes a Jiang Yuduo por delante y por detrás, y el suplemento a su cerebro era demasiado específico.

—¿Cheng Ge? —Xiao Yang lo llamó del otro lado de la mesa—. ¿Entonces así lo programamos?

Cheng Ke se aclaró la garganta y lo miró. No era muy educado distraerse enfrente de alguien. Se sentía avergonzado de preguntar cómo se iba a programar. En resumen, vio un montón del contenido ya escrito en una solicitud enfrente de Xiao Yang.

—Mm —replicó casualmente. Parecía que había estado en las nubes durante un largo rato. Al parecer a lo que Xiao Yang se refería era un régimen de entrenamiento después de aplicar por la membresía.

«…Solo hazlo» Siguió a Xiao Yang para pagar.

—Cheng Ge, agrégame como amigo —dijo Xiao Yang—, es más fácil contactarnos.

—Sí. —Cheng Ke sacó su celular.

—Entonces empiezas este miércoles, el día después de mañana —dijo Xiao Yang.

—Bien. —Cheng Ke asintió.

Xiao Yang lo acompañó a la puerta del gimnasio, y luego a la calle, antes de darse la vuelta para regresar.

Cheng Ke respiró de alivio. Era inexplicable. Después de un paseo corto, consiguió una tarjeta de membresía y compró lecciones privadas. Hasta ahora, ni siquiera recordaba cómo se llamaba el gimnasio.

 

En esta área comercial no solo no había mucha gente comprando, además había poca gente comiendo. Cheng Ke entró casualmente a un restaurante occidental, y no había ni una persona a la vista.

Ordenó un filete, sacó su celular, lo presionó unas cuantas veces, aburrido, y finalmente hizo clic en sus Momentos.

El círculo de amigos aún era todo del guardia de honor: publicaciones sobre el club de fans de Jiang Yuduo; ser un empleado destacado y que reenviaba rumores.

Cheng Ke hizo clic en un video corto publicado por Chen Qing antes.

Debía haberlo grabado cuando Jiang Yuduo fue a ayudar a su hermanito a encontrar al ladrón. Fue una grabación muy corta, la cámara se detenía cuando encaraba a Jiang Yuduo.

No revelaba ninguna diferencia entre un video y una fotografía

Luego había otra foto.

Jiang Yuduo estaba comiendo barbacoa con un grupo de gente… Después que Jiang Yuduo comió con él, fue a comer con Chen Qing y los otros.

Sí que podía comer mucho.

Cheng Ke se congeló un rato, luego devolvió el teléfono a su bolsillo.

Al mirar el círculo de amigos de Chen Qing, repentinamente se sintió un poco confundido. Jiang Yuduo lo consideraba un amigo, pero por contraste, las personas que se mezclaba con él a diario eran más como sus amigos. Al menos eso parecían, se llevaban bien entre sí.

Este amigo quería ver a Jiang Yuduo ahora, pero no pudo encontrar una excusa.

En otras palabras, deseaba ver a Jiang Yuduo, y necesitaba una razón.

Parecía que la relación entre él y Jiang Yuduo nunca sería igual que la que existía entre Chen Qing y Jiang Yuduo. Ellos no necesitaban una razón, con solo decir una palabra, o incluso iban directamente a la casa del otro.

Él era el único cliente en este restaurante durante el almuerzo. El mesero probablemente estaba demasiado aburrido, lo estuvo mirando en trance durante toda su comida.

Después de comerse el filete, que sabía bien, para ser honestos, Cheng Ke volvió a sacar su teléfono.

Antes de lamentarlo, rápidamente abrió el nombre de Grandote y le envió un mensaje.

/Cenemos juntos/

Después de varios minutos, Cheng Ke devolvió el teléfono a su bolsillo y pagó la cuenta, y estaba a punto de marcharse cuando recibió una notificación de Grandote.

/Estoy ocupado/

Cheng Ke miró esas dos palabras, y tardó un largo rato en recuperar los sentidos.

«¡Maldito!»

«¡Estoy ocupado con tu madre!»

¡Que un pandillero que solo contaba los contenedores de basura, se tomara el tiempo de su ocupada agenda para mandarle dos caracteres era sencillamente increíble!

Cheng Ke salió del restaurante muy molesto, tomó un taxi en la intersección y fue a casa.

Aunque este tal vez era el tono normal de Jiang Yuduo cuando hablaba con sus amigos, semejante respuesta atacaba la autoestima de la gente que tenía inseguridades en su corazón.

Que humillación.

Incluso si no tuviera inseguridades, hasta su edad actual, era la primera vez que recibía semejante respuesta.

 

•••

Jiang Yuduo estaba apoyado detrás de la puerta, sentado en el suelo, observando la sangre fluir continuamente de la herida de cuchillo en su mano derecha, y lanzó el teléfono al sofá.

Alguien estaba hablando afuera, era el niño de tres años y medio y su abuela.

—Lo vi, la mano del tío Jiang estaba sangrando —dijo el niño de tres años y medio.

—¡Entra en la casa! —Su abuela dijo con voz contenida—. Si lo ves en el futuro, corre a casa. ¿Qué tiene de raro que sangre cuando lucha con la gente todo el día! ¡Ignóralo, ignóralo, no lo escuches!

—Lo ignoré —la voz del niño de tres años y medio se desvanecía, probablemente estaba entrando en su casa—. Solo lo vi.

Después que la puerta se cerró, ya no se pudo escuchar más sonido.

Jiang Yuduo se levantó después de permanecer sentado un rato, se acercó a la ventana y miró a través de las cortinas.

La persona de hace un momento había desaparecido.

Cuando corrió de regreso, el hombre había estado atrás y lo seguía muy de cerca, y podía escuchar vagamente su resuello.

Hasta que llegó al callejón, y vio que allí estaba el niño de tres años y medio, y las pisadas y resuellos detrás de él se volvieron muy lejanos.

Jiang Yuduo se giró y entró al baño, abrió el grifo del lavabo y estiró la mano derecha debajo del flujo de agua. La sangre de la herida se mezcló con el agua, y el lavabo se manchó de rojo.

Después de enjuagarla durante un rato, retiró la mano, la sacudió, sacó el cuchillo de su bolsillo, lo enjuagó bajo el agua y regresó a la estancia.

Mientras desinfectaba la herida, Miau estaba sentado en la mesita cafetera, mirándolo.

—Te alimentaré después —dijo Jiang Yuduo—. Te irás de viaje mañana, pero no sé si el tío Cheng esté dispuesto a mantenerte durante dos días.

Miau dio dos pasos a un lado y saltó al sofa, trepó por su cintura hasta sus hombros y le gritó en el oído.

—Pero creo que deben gustarle los gatos. —Jiang Yuduo rápidamente se envolvió la mano con el vendaje, mordió un extremo y le hizo un nudo. Después de tantos años, casi podía mirar semejante herida sin prestarle atención—. Probablemente estarás bien durante dos días, pero me preocupa dejarte con otros.

Después que se trató la herida, se levantó para recoger la comida del gato, le sirvió medio tazón a Miau y lo mezcló con dos cucharadas de comida enlatada. —Come, te estoy engordando.

 

•••

Cheng Ke no se había ejercitado en mucho tiempo, y hoy repentinamente volvió a tocar el equipo, así que se sentía un poco incómodo.

Xiao Yang era muy paciente, pero hablaba demasiado: —Esta postura sentada presiona el pecho, presta atención a que… la cabeza y las nalgas estén cerca del respaldo…

—Sí. —Cheng Ke ya estaba sentado en una postura estándar.

Justo a punto de empujar para ver si el peso era el apropiado, la mano de Xiao Yang le tocó el estómago repentinamente. —Aprieta el abdomen y llena el pecho…

Cheng Ke ya estaba preparado, pero exhaló todo el aire que había inhalado ante semejante indecencia.

—Respira hondo —dijo Xiao Yang, poniéndole las manos en el pecho de nuevo—, endurece el pecho, no estires los brazos completamente cuando presionas…

Cheng Ke se acomodó, empujó unas cuantas veces, sintiendo que el peso estaba bien y cuando estaba a punto de continuar, el teléfono junto a él sonó.

—Responde el teléfono primero. —Xiao Yang se alejó.

Cheng Ke cogió el teléfono y lo miró. Era una llamada de Jiang Yuduo.

Por hábito deseó deslizar para contestar, pero sus dedos se detuvieron. Dos segundos después, presionó silenciar, y miró fijamente la pantalla del teléfono hasta que colgaron la llamada.

Estaba a punto de dejar el teléfono, cuando sonó de nuevo, y llegó una notificación.

Enviada por Grandote.

/¿Estás en casa?/

Cheng Ke respondió felizmente.

/Estoy ocupado/

La llamada de Jiang Yuduo sonó un segundo después.

Como el intervalo fue demasiado corto, Cheng Ke no reaccionó, y cuando su dedo bajó, hizo clic en responder, así que tuvo que decir: —Hola.

—¿Estás libre después? —sonó la voz de Jiang Yuduo.

La primera vez que escuchó hablar a Jiang Yuduo, Cheng Ke sintió que su voz era muy atractiva, y ahora le pareció muy agradable de escuchar.

Pero insistió en responder. —Estoy ocupado.

—¿Qué haces? —dijo Jiang Yuduo—. Apenas son las cinco de la tarde, ¿seguirás ocupado hasta la noche?

—Seguiré hasta mañana por la noche —dijo Cheng Ke.

—… ¿Te estás vengando de mí? —preguntó Jiang Yuduo.

Cheng Ke chasqueó la lengua y no dijo nada.

—No. —Jiang Yuduo también suspiró—. ¿No eres infantil?

—Tengo tres años y medio —dijo Cheng Ke—, ¿qué pasa?

—¿Dónde estás? —preguntó Jiang Yuduo—. ¿Estás afuera? Se oye música.

—Gimnasio —dijo Cheng Ke.

—¿Ejercitándote? —Jiang Yuduo se asombró—. Tienes una vida muy sofisticada… Entonces iré a donde estás.

—¿Eh? —Cheng Ke sentía que Jiang Yuduo debía tener algo importante que decirle, como para buscarlo ahora—. ¿Qué pasa?

—Solo… —Jiang Yuduo vaciló—. Te lo diré después. Te invito a cenar.

—Muy bien —dijo Cheng Ke—. Entonces ven aquí; estoy en el distrito comercial del supermercado… el gimnasio no sé cómo se llama en el segundo piso…

—¿Qué carajo? —Jiang Yuduo suspiró—. Bueno, puedes enviarme tu ubicación y lo encontraré por mi cuenta.

Después de enviarle su ubicación, Xiao Yang se acercó. —¿Algún amigo quiere venir?

—Sí. —Cheng Ke se sentó apresuradamente en la postura estándar, antes que le tocara el estómago o pecho.

—¿Quieres terminar temprano? —preguntó Xiao Yang—. Aún queda media hora.

—No —dijo Cheng Ke—. Es casi el tiempo que tardará en llegar.

—Bien —Xiao Yang sonrió—. Entonces continúa.

Este lugar estaba un poco alejado de la casa de Jiang Yuduo. A Jiang Yuduo le encantaba caminar a todos lados, le tomaría aproximadamente veinte minutos en llegar aquí.

Pero solo diez minutos después, Cheng Ke empujó a medias las pesas y tan pronto levantó la vista, vio a Jiang Yuduo caminando frente a él.

El gimnasio tenía calefacción, así que Jiang Yuduo se quitó la chaqueta mientras caminaba.

Esa pose de quitarse la chaqueta fue muy atractiva.

—Cheng Ge —Xiao Yang sostuvo la agarradera a su lado—, enfócate.

Cheng Ke retrajo la mirada y soltó después de empujar.

—¿Tu amigo está aquí? —Xiao Yang miró a Jiang Yuduo.

—Sí. —Cheng Ke se levantó.

Xiao Yang dirigió a Jiang Yuduo un asentimiento y luego miró a Cheng Ke. —Entonces, Cheng Ge, terminemos aquí hoy. Casi es tiempo.

—Bien —dijo Cheng Ke.

Después que Xiao Yang se alejó, Jiang Yuduo preguntó en voz baja. —¿Quién es esa persona?

—Entrenador personal —dijo Cheng Ke.

—Ah —Jiang Yuduo miró a Xiao Yang de nuevo—. Ah.

Cheng Ke lo miró. —¿Qué mierda?

Jiang Yuduo se aclaró la garganta. —Nada.


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2 comentarios en “Antídoto 34

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