Antídoto 82

Antes de la mitad de la presentación de arte con arena, Cheng Ke ya había descubierto que Jiang Yuduo no estaba en el primer piso.

Sabía que salió por la puerta trasera a fumar. Lo vio cuando terminó y entró, pero luego bajó la cabeza un par de minutos y al mirar a la multitud, ya no pudo ver a Jiang Yuduo.

«¿Está en el último piso

Había mucha gente en este momento. La música, las charlas y risas eran muy animadas. Este tipo de ambiente “desconocido” sería un poco insoportable para Jiang Yuduo.

No sabía si Jiang Yuduo solo quería evitarlo, o vio o escuchó algo.

Aunque le había dicho a Jiang Yuduo que podía ir al tercer piso, aún así le entró pánico cuando de repente descubrió que realmente se había marchado.

Cuando esparció la arena, se quedó paralizado un momento antes de mover el dedo por encima, pero de repente ya no podía recordar lo que quería dibujar.

Afortunadamente, la presentación de hoy era solo por diversión, usando solamente la mano izquierda . Nadie notó la pausa de los dedos de Cheng Ke sobre la arena, pero Xu Ding, parado junto a la barra, levantó la cabeza.

Cheng Ke lo miró, y con una sonrisa le transmitió que estaba bien.

Al final de su presentación distraída, Cheng Ke se hizo a un lado, y el personal fue a empacar sus cosas, y los invitados se pusieron a hablar en grupitos de dos o tres.

Cheng Ke se quedó ahí solo por unos segundos, luego caminó entre la multitud hacia las escaleras.

—Pequeño Ke. —Xu Ding se acercó y lo llamó.

—Mm. —Cheng Ke se detuvo.

—¿Estás bien? —preguntó Xu Ding.

—Estoy bien —contestó—. ¿Pasa algo?

—Al presidente Li, que está allí, le costó trabajo venir. —Xu Ding miró detrás de él—. Podrías ahora… permitirnos solo un momento.

Cheng Ke sonrió en disculpa al presidente Li, que estaba parado detrás de Xu Ding, y le susurró a Xu Ding: —Subiré y bajaré de inmediato. ¿Viste a San Ge?

—Lo vi antes de la presentación. —Xu Ding se sorprendió—. ¿Desapareció?

—Tal vez está arriba. Hay mucha gente aquí, puede que estuviera incómodo. —Cheng Ke estaba un poco avergonzado.

Xu Ding le dio una palmada en el hombro: —Está bien.

Cheng Ke subió las escaleras rápidamente, dirigió asentimientos y sonrisas a algunos conocidos. En el segundo piso no había nadie, así que corrió hasta el tercer piso.

El tercer piso era mucho más silencioso que el de abajo, casi no se oía nada.

—¡Jiang Yuduo! —Cheng Ke no podía esperar para abrir la puerta de la sala y gritó primero, y luego llamó a la puerta dos veces—. ¿Jiang Yuduo? ¿Estás ahí?

Nadie respondió, Cheng Ke abrió la puerta: —¡Jiang Yuduo!

La habitación está vacía, no había nadie, y el aroma podía indicarle si había estado allí o no; contuvo el aliento mientras se quedaba quieto.

Cheng Ke estaba nervioso, por millonésima ocasión.

Corrió rápidamente hacia la ventana, miró por todas las ventanas, pero no vio a Jiang Yuduo, así que mientras corría escaleras abajo, sacó su teléfono celular y marcó su número.

La llamada se conectó y escuchó el tono de llamada, pero Jiang Yuduo no respondió aun cuando llegó al primer piso.

Cheng Ke salió del local y miró a su alrededor. No encontró a Jiang Yuduo, ni vio rastro de él. Abrió la puerta de un taxi en la calle, subió y le dio la dirección de la casa de Jiang Yuduo.

En el camino de regreso en taxi, Cheng Ke marcó el número de Jiang Yuduo incesantemente y nadie le contestó.

Marcó de nuevo, y si nadie respondía esta vez, planeaba llamar a Chen Qing y pedirle que buscara a Jiang Yuduo de inmediato.

Aunque sabía que Jiang Yuduo no quería que las personas que lo rodeaban supieran sobre esto, Cheng Ke estaba realmente alterado. Aunque tal vez el circuito cerebral de Chen Qing no lo comprendiera.

Esta vez tampoco respondió la llamada, pero no sonó hasta detenerse, sino que colgaron.

La mano de Cheng Ke se apretó alrededor del teléfono, se mordió el labio y rápidamente envió un mensaje a Jiang Yuduo.

[¿Dónde estás?]

Jiang Yuduo le respondió.

[Casa]

El alivió inundó todo el cuerpo de Cheng Ke. Jiang Yuduo aún podía leer su teléfono móvil y responder a los mensajes, no debía haber ningún problema importante.

Pero sí un problema pequeño.

—Maestro, por favor, apúrese, tengo un asunto urgente —le dijo Cheng Ke al conductor.

—Ya está a punto de volar —dijo el conductor y pisó el acelerador.

El auto se detuvo en el cruce antes de la casa de Jiang Yuduo. Cheng Ke sacó el dinero y lo puso en el tablero antes de abrir la puerta y salir. —Gracias, guarde el cambio.

Era fastidioso contestar el teléfono con una mano, pero el teléfono estaba sonando persistentemente.

Cheng Ke contestó el teléfono mientras sujetaba la llave en la mano.

Xu Ding era quien llamaba. Se había escapado de repente después de la inauguración y ni siquiera le avisó a Xu Ding. En este momento, no podía no contestar el teléfono.

—Hola, Xu Ding, lo siento —dijo mientras avanzaba hacia el corredor—. Repentinamente me surgió algo urgente…

—¿Es Lao San? —preguntó Xu Ding.

—… Mm. —Cheng Ke vaciló—. No es nada, solo regresé a echar un vistazo.

—Está bien, solo no pude encontrarte por ningún lado —dijo Xu Ding—. Entonces se lo diré al presidente Li.

—Lo siento mucho. —Cheng Ke realmente lo lamentaba, y susurró mientras abría la puerta—. Dile al presidente Li que agende una cena conmigo otro día y yo pagaré.

—Está bien, primero debes ocuparte de tus asuntos. Llámame si necesitas ayuda —dijo Xu Ding.

—Gracias. —Cheng Ke colgó.

Cuando abrió la puerta, la habitación estaba en silencio, pero muy luminosa. Las cortinas que siempre estaban cerradas, ahora estaban completamente abiertas. La estancia y las dos habitaciones estaban iluminadas por la luz solar, y Cheng Ke incluso se sintió un poco deslumbrado.

—¡Jiang Yuduo! —gritó—. ¡He vuelto!

Miau maulló, sentado en el sofá.

—¿Dónde está tu San Ge? —le gritó Cheng Ke.

Miau maulló de nuevo.

Cheng Ke corrió hacia el patio trasero: —Jiang…

Se quedó aturdido junto a la puerta.

Jiang Yuduo estaba sentado al lado del macizo de flores en el patio trasero, recargado contra la pared.

Tenía la cabeza gacha, los codos sobre las rodillas y el teléfono en las manos.

Manos llenas de sangre.

Cheng Ke incluso pudo ver la sangre goteando al suelo.

—¿Que sucedió? —Se acercó y se puso en cuclillas frente a Jiang Yuduo, y su voz tembló mucho.

—¿Te causé problemas? —preguntó Jiang Yuduo.

—No, no tengo ningún problema. Solo volví. —Cheng Ke miró a Jiang Yuduo, sin atreverse a tocarlo, por lo que solo pudo mirar su rostro centímetro a centímetro para ver dónde había alguna herida.

—Lo escuché —dijo Jiang Yuduo.

—¿Eh? —Cheng Ke estaba atónito.

—Tienes que ir a cenar con alguien para compensarlo —dijo Jiang Yuduo.

Cheng Ke estaba un poco sorprendido, Jiang Yuduo realmente lo escuchó hablar desde allí.

—Eran solo cortesías. —Cheng Ke tocó cuidadosamente su rostro, bajó la cabeza para ver si estaba herido y qué tipo de expresión tenía—. Debería haber hablando con él, pero me fui antes.

—No son solo cortesías —dijo Jiang Yuduo.

Cheng Ke suspiró: —Yo…

—Siempre lo haré. —Jiang Yuduo levantó la cabeza—. Te causaré problemas.

—¿Qué? —preguntó Cheng Ke.

—Soy un gran problema —dijo Jiang Yuduo.

—No lo eres. —Cheng Ke lo miró—. Incluso si eres un problema, es un problema que puedo manejar, y si puedo manejarlo bien, no es un problema.

—Si hoy —dijo Jiang Yuduo—, no me hubiera marchado.

—¿Eh? —Cheng Ke vio claramente el rostro de Jiang Yuduo.

Jiang Yuduo tenía moretones en la cara, debajo de las comisuras de los ojos y en la frente, pero las heridas no eran demasiado graves. Algunas gotitas de sangre se habían solidificado.

Lo que hizo que Cheng Ke se sintiera aún más angustiado fue la mirada en sus ojos, de disculpa, llena de impotencia y desesperación.

—Si hubiera estado en tu tienda. —Jiang Yuduo levantó la mano, y un corte áspero de unos cuantos centímetros de largo en el dorso de su mano apareció frente a los ojos de Cheng Ke, la sangre le escurría hasta el brazo, como largas líneas rojas—. ¿Te atreves a imaginar la escena?

Cheng Ke no habló y tomó su mano.

—Mira. —Jiang Yuduo le entregó el teléfono.

—¿Qué? —Cheng Ke tomó el teléfono.

—Mira —la voz de Jiang Yuduo de repente se volvió ronca—. Lo grabé.

Cheng Ke se quedó atónito durante mucho tiempo antes de preguntar: —¿Qué grabaste?

Jiang Yuduo se puso de pie lentamente, caminó hacia el borde del lavabo, abrió el grifo y se lavó la cara con agua fría. Se lavó la herida de la mano por un rato y luego giró la cabeza para mirarlo mientras se sostenía del costado del lavabo: —Autolesiones.

La respiración de Cheng Ke se detuvo abruptamente.

—Me ocuparé de la herida. —Jiang Yuduo cerró el grifo, se volvió y entró en la casa—. Ve al dormitorio y cierra la puerta.

Cheng Ke se quedó quieto, en cuclillas, mirando el teléfono que tenía en la mano.

Las manos de Jiang Yuduo estaban llenas de sangre, por lo que el teléfono también estaba manchado de sangre y había varias huellas dactilares ensangrentadas en la pantalla negra.

Cheng Ke se quedó atónito por un rato, luego sacó un pañuelo de papel de su bolsillo y humedeció con un poco de agua del lavabo para limpiar la sangre del teléfono.

El pañuelo de papel también cambió de color.

Entró a la habitación con el teléfono. Jiang Yuduo se había quitado la camisa y estaba sentado junto a la mesa en la estancia. La herida en su mano había sido tratada con su método brutal, y se había puesto una gasa, pero la sangre no se detuvo por completo. El rojo de color vivo rezumaba de la gasa.

A Jiang Yuduo no le importaba la sangre que brotaba de esa herida, en ese momento estaba vertiendo alcohol en la herida de su brazo.

Solo entonces Cheng Ke descubrió que las mangas de su ropa también estaban cubiertas de sangre, y tenía un corte en el brazo que parecía una herida de cuchillo.

Se quedó de pie detrás de él un momento. Jiang Yuduo definitivamente sabía que estaba ahí, pero nunca miró hacia atrás.

Cheng Ke entró en el dormitorio y cerró la puerta de acuerdo con la solicitud de Jiang Yuduo.

Después de respirar profundamente, encendió la pantalla y abrió el video.

El nombre del archivo de video más reciente mostraba que este video fue grabado hace aproximadamente media hora, y debería haber sido después de que Jiang Yuduo le contestara el mensaje.

Tal vez lo grabó porque sabía que Cheng Ke estaría en casa pronto, pero “ellos” aún no se habían ido…

El video comenzó a reproducirse.

Las manos de Cheng Ke temblaban mucho, y también la grabación era temblorosa y giraba frenéticamente. Tuvo que dejar el teléfono en la cama, luego se sentó a un lado, con el brazo apretándose las rodillas inconscientemente.

—¿Quién?

La imagen todavía temblaba, entre las sombras negras y luz blanca entrelazadas, Cheng Ke escuchó la voz de Jiang Yuduo.

—Salgan…

—¡Te vi!

Jiang Yuduo rugió, y luego Cheng Ke vio su cara parpadeando en la pantalla, con ira, con los ojos rojos, como si estuviera a punto de escupir fuego.

Cheng Ke sintió que sus músculos se tensaban poco a poco. No por la furia de Jiang Yuduo, sino por sus ojos confusos. Bajo la furia, sus ojos estaban desenfocados.

Mientras la cámara temblaba, Cheng Ke pudo ver que estaba en el patio trasero.

Vio su lámpara colgada debajo del alero, a donde Jiang Yuduo la había reubicado.

Hubo un ruido sordo en el teléfono, como si Jiang Yuduo hubiera golpeado algo.

Luego, la cámara se levantó lentamente, Jiang Yuduo debía haber levantado el teléfono.

La pantalla temblaba mucho, y entonces Cheng Ke vio la cara de Jiang Yuduo.

Se azotó contra la pared, y cuando se echó atrás, se vio que se había hecho un corte en la esquina del ojo y un tenue color rojo quedó impregnado en la pared. Jiang Yuduo frunció las cejas por el dolor, jadeante, y una lágrima se deslizó hacia abajo, trazando un camino en medio del pigmento gris de la pared que le impregnaba la cara.

El teléfono cayó al suelo y la imagen se quedó quieta, solo se veía de la cintura para abajo de Jiang Yuduo.

Estaba apoyado contra la pared, pateando constantemente el suelo, como si tratara de levantarse.

Al final, pateó hacia la nada y cayó al suelo.

Cheng Ke vio que se sujetaba el dorso de la mano derecha con la izquierda, y sus uñas se enterraban lenta y vigorosamente. Primero, apareció un agujero blanco en el dorso de su mano, y luego salió la sangre.

—No es real… no es… ¡los vi!… ¡no se escondan!

La voz de Jiang Yuduo pasó de bajo a alto, y finalmente rugió, agitó su brazo ferozmente y se enderezó de un salto.

Si no hubiera visto esta acción en una escena tan extraña, Cheng Ke definitivamente hubiera gritado: —Sexi.

La postura de Jiang Yuduo cuando saltó era muy hermosa, su cintura y piernas se estiraron maravillosamente… pero tras esos movimientos tan hermosos, estaba la locura.

Cuando la mano izquierda de Jiang Yuduo volvió a la pantalla, había un cuchillo en su mano y luego, sin dudarlo, hundió la punta del cuchillo en el brazo derecho.

Cheng Ke se lanzó hacia adelante y extendió la mano hacia la pantalla.

Quería abrazar a Jiang Yuduo.

Estiró la mano frente a la pantalla del teléfono, mirando la punta del cuchillo enterrarse en su antebrazo, y luego viendo cómo la sangre se filtraba por la herida.

Jiang Yuduo tiró el cuchillo y agarró el brazo lesionado, como si quisiera detener la hemorragia.

Jadeó, frunciendo el ceño.

No se movió en mucho tiempo, solo apoyado contra la pared.

—No no no no…

La cara de Jiang Yuduo no era visible en la cámara, pero se podía escuchar la voz de Jiang Yuduo.

—Cheng Ke, Cheng Ke, Cheng Ke… regresará pronto… Cheng Ke… quédense aquí, no vayan… no vayan, no lo toquen… Cheng Ke, no toquen a Cheng Ke…

Jiang Yuduo siguió hablando en voz baja, no se sabía si estaba hablando con otros o con él mismo.

Luego se quedó en silencio.

Cheng Ke miró fijamente la hora en la pantalla. Después de casi dos minutos, Jiang Yuduo extendió la mano ensangrentada, tomó el teléfono y la cámara se volvió hacia él.

—Te haré daño —Jiang Yuduo lo miró en la cámara.

La imagen se congelaba allí y el video se apagó.

Cheng Ke tardó casi diez minutos en salir lentamente de la habitación.

Jiang Yuduo se había vendado las heridas y estaba recostado en la mesa escribiendo algo en los cartones de cajetilla de cigarros. Al verlo salir, Jiang Yuduo dejó su bolígrafo, juntó los cartones y se los volvió a meter en el bolsillo.

—¿Terminaste? —preguntó.

—Sí. —Cheng Ke dejó el teléfono sobre la mesa y se sentó en la silla.

Jiang Yuduo se levantó y le sirvió un vaso de agua.

Cheng Ke lo sujetó, levantó la cabeza y se lo bebió todo, luego se limpió la boca y miró a Jiang Yuduo.

Se había lavado la cara y cambiado de ropa. A excepción de las lesiones en las manos y la cara, todo parecía normal, pero era casi normal que San Ge tuviera heridas en el cuerpo. Si no fuera por el video , Cheng Ke no podía imaginar que Jiang Yuduo, que estaba sentado frente a él y lucía como de costumbre, había experimentado tal lucha veinte minutos antes.

Incluso si Cheng Ke había sabido por Luo Jie que Jiang Yuduo se autolesionaba, todavía se sentía conmocionado e incapaz de pensar.

—Si hubieras llegado diez minutos antes, —Jiang Yuduo encendió un cigarrillo—, podría haberte apuñalado con el cuchillo.

—Estás consciente ahora, ¿verdad? —Cheng Ke sintió que le era difícil hablar—. Sabes que me habías confundido con alguien más al principio.

—No es así. —Jiang Yuduo lo miró—. Sé que eres Cheng Ke, pero sigo pensando que eres muy peligroso. Tal vez alguien te está controlando, amenazando, engañando y utilizando. Estás aquí para matarme.

Cheng Ke no contestó.

Jiang Yuduo le entregó el cigarrillo: —¿Quieres?

Cheng Ke aceptó el cigarrillo, dio un par de caladas y rápidamente ordenó sus pensamientos. —¿Puedes saber de antemano que tal vez te sientas en peligro y seas capaz de controlarlo?

—La mayor parte del tiempo —dijo Jiang Yuduo.

—Está bien. —Cheng Ke lo miró—. La próxima vez, no importa dónde, no importa en qué momento u ocasión, cuando lo sientas, solo dímelo, no huyas.

Jiang Yuduo también lo miró y asintió después de estar en silencio un rato: —Está bien.

—Podemos enfrentarlo juntos —dijo Cheng Ke—. No importa lo que veas, estamos juntos. Solo recuerda que soy real. Soy tu conexión con el mundo. Todavía estoy aquí. Tú estás aquí.

Jiang Yuduo lo miró sin hablar durante mucho tiempo.

—¿Escuchaste? —prosiguió Cheng Ke.

—Lo escuché —contestó Jiang Yuduo.

—Me daré una ducha. —Cheng Ke se puso de pie y besó la frente de Jiang Yuduo con fuerza. Trató de actuar calmado para que Jiang Yuduo no pensara que era muy importante—. Huelo a pólvora.

—Te ayudaré —dijo Jiang Yuduo.

—No. —Cheng Ke sonrió—. No dejes que tu herida toque el agua, simplemente me daré una ducha rápida.

Jiang Yuduo no dijo nada.

Cheng Ke eligió una muda de ropa y fue al baño.

Después de quitarse los pantalones, se preocupó por su suéter. Jiang Yuduo casi le rasgó las mangas cuando lo ayudó a ponérselo por la mañana. En este momento, era poco probable que pudiera quitárselo.

Mientras se preguntaba si pedirle ayuda a Jiang Yuduo, la puerta del baño se abrió.

—¿Qué pasa…? —Cheng Ke se dio la vuelta.

Jiang Yuduo entró en el baño, empujó la puerta para cerrarla y se lanzó a besarlo ferozmente.

Cheng Ke se sorprendió cuando lo presionó contra la pared.

Luego, Jiang Yuduo le mordisqueó la cara y el cuello con tanto impetú, que Cheng Ke incluso sintió que le besaba los párpados.

Solo había visto a Jiang Yuduo así en un sueño húmedo; era la primera vez que era real, con humedad incluida.

Cuando la respiración de Cheng Ke era un poco agitada, Jiang Yuduo lo dejó aturdido cuando se acercó a su oreja y le susurró: —¿Quieres?

—… ¿Qué? —El pensamiento de Cheng Ke fue extremadamente veloz, y respondió inmediatamente—. ¿Que no no querías ir a la cama?

—No iremos a la cama —dijo Jiang Yuduo—. Con las manos, ¿quieres?

Cheng Ke casi podía escuchar la explosión en sus entrañas. Sintió que la onda de aire podría elevarlo al cielo. Ni siquiera dudó por 0.1 segundos: —Sí.


Anterior ¦ Índice ¦ Siguiente

Un comentario en “Antídoto 82

Deja un comentario