Antídoto 33

Cheng Ke estaba frustrado de que Jiang Yuduo siempre lo comparara con ese vecino de tres años y medio, pero esta vez dijo que era lindo.

Pero entonces lo corrigió: —Ese niño de tres años y medio ya debe tener tres años y casi diez meses ahora.

—Que estricto. —Jiang Yuduo sonrió—. En realidad, pronto cumplirá cuatro años. Ya está con la cuenta regresiva. Su papa le compra un regalo un mes por adelantado.

—Es casi igual que cuando yo era niño. —Cheng Ke dio un mordisco a un guisado de pimientos grandes—. En cada cumpleaños, empezaba a recibir regalos desde mucho antes.

—Eso es muy genial —dijo Jiang Yuduo.

—No es tan bueno —contestó Cheng Ke—. Si las cosas te llegan fácil y en mucha cantidad, no hay felicidad. Ni hay expectativas. Recibes todo lo que quieres y también lo que no quieres.

—No lo he experimentado —Jiang Yuduo encendió un cigarrillo—. Solo lo digo por decir.

Cheng Ke no dijo nada. En la situación de Jiang Yuduo, ya ni hablar de regalos de cumpleaños cuando era niño, tal vez ni siquiera celebraban su cumpleaños.

—¿Cuándo es tu cumpleaños? —preguntó.

—1 de junio —dijo Jiang Yuduo—. Eso es lo que dice la identificación.

—…Oh —replicó Cheng Ke.

—¿Nadie se ha reído de tu cumpleaños? —preguntó Jiang Yuduo.

—¿Eh? —Cheng Ke se asombró.

—222[1] —dijo Jiang Yuduo.

—¿Cómo supiste?

—Tengo una copia de tu identificación. —Jiang Yuduo suspiró—. ¿El desarrollo de tu coeficiente intelectual está degenerando?

—Joder. —Cheng Ke tomó un sorbo y tuvo que decir que Jiang Yuduo lo sorprendía con frecuencia. El que una copia de su identificación añadida al final de un acuerdo de alquiler, le hiciera recordar su cumpleaños.

Levantó al azar otra brocheta de carne, la miró y la dejó.

Accidentalmente agarró pitos de cerdo.

—¿Crees que no es sabroso o se te atraganta? —Jiang Yuduo agarró los pitos de cerdo y mordisqueó.

—Cállate —respondió Cheng Ke—. Yo… eso, es el de un cerdo…

Jiang Yuduo se atragantó y lo miró. —Eres demasiado puritano, ahora me avergüenza comerlos.

Cheng Ke lo fulminó con la mirada y rápidamente continuó lo que había dicho antes. —Joder, quiero decir que es pito de cerdo, no pito de toro o testículos…

—¿Comes pito de toro y testículos? —preguntó Jiang Yuduo inmediatamente.

—Yo… —Cheng Ke realmente no sabía cómo explicarlo. No comía ninguna de esas cosas, pero probablemente porque el pito y testículos de toro eran más comunes, era más fácil aceptarlos en comparación.

Antes que pudiera pensar en qué decir, Jiang Yuduo levantó la mano y gritó: —¡Mesero!

—¿Qué quiere? —también gritó el mesero.

Cheng Ke reaccionó inmediatamente, aflautó la voz al gritarle: —¡Jiang Yuduo!

—¡Riñones de oveja! —gritó Jiang Yuduo de nuevo.

—¡Enseguida! —replicó el mesero.

Cheng Ke inhaló de alivio, pero cuando vio la sonrisa de Jiang Yuduo, reaccionó: —¡Lo hiciste jodidamente a propósito!

—No —dijo Jiang Yuduo con una sonrisa—. Esto es a propósito.

—¿Qué? —preguntó Cheng Ke.

—¡Testículos y pito de toro! —rugió Jiang Yuduo de nuevo.

—¡Enseguida! —gritó el mesero en respuesta.

—…Maldición. —Cheng Ke se sobresaltó por su voz y durante un largo rato no supo si necesitaba esconder la cabeza para evitar los ojos de alrededor.

—Está bien. —Jiang Yuduo tomó un sorbo de su licor—. Hay mucha gente que los come, nadie hará revuelo. Y no pedí que me dieran pito.

—Rápido, cállate. —Cheng Ke suspiró.

Jiang Yuduo no habló más y continuó comiendo y bebiendo con una sonrisa.

Cuando el mesero trajo los riñones rostizados, pito y testículos de toro juntos, Cheng Ke se sintió incómodo y repentinamente quiso reírse por su falta de palabras.

—De hecho, si no hubiera dicho qué son, habrías estado feliz de comértelo todo. —Jiang Yuduo levantó un puñado de riñones de oveja y se lo puso enfrente—. Puedes comer esto.

Cheng Ke levantó el riñón de oveja y le dio un mordisco.

Tenía que decir que Jiang Yuduo era bastante rudo, pero desde el inicio, Cheng Ke nunca se sintió a disgusto con él. Hoy, Jiang Yuduo le permitía experimentar una cierta alegría inescrupulosa.

Cogió la última brocheta de pitos de cerdo. —De hecho, esto es realmente delicioso.

—Puedes comerte lo que quieras. Pero no lo comentes al comértelo. Que si es delicioso o no —dijo Jiang Yuduo mientras comía, con voz un poco ambigua—. Me hace pensar en otras cosas.

—Entiendo. —Cheng Ke suspiró.

Para la comida de hoy, Cheng Ke comió agradablemente. Por primera vez en un mes, probó algo “muy delicioso”

Pero no terminaron de comerse todas las brochetas en la mesa.

—Empácalas —dijo Cheng Ke—. Me las comeré en casa.

—Yo pago, tú empaca. —Jiang Yuduo lo miró—. Eres muy desvergonzado.

—Oh, lo olvidé. —Cheng Ke estaba un poco avergonzado—. Siempre soy yo el que paga.

Jiang Yuduo llamó al mesero para que le trajera la cuenta. —¿Entonces quieres pagar?

—No —replicó Cheng Ke.

—No será que… —Jiang Yuduo frunció el ceño—, ¿se te acabó el dinero?

—¿Eh? —Cheng Ke no entendió.

—¿No tienes dinero para comer? —Jiang Yuduo lo miró repentinamente—. Ya me preguntaba por qué me pediste repentinamente comer barbacoa. No lo he contactado por un mes, así que le pediré que me compre la cena.

—Maldición —Cheng Ke sonrió—. Yo invito la comida.

—No, no —dijo Jiang Yuduo—. Yo invito. No me falta dinero.

Cheng Ke chasqueó la lengua.

Saliendo del local de barbacoa, parado en la calle durante un momento, Cheng Ke sintió que estaba un poco confundido sobre la dirección, y no sabía a dónde ir.

Jiang Yuduo lo miró a él y luego alrededor.

—¿No sabes el camino? —preguntó Cheng Ke con una sonrisa.

—No. —Jiang Yuduo se desplazó hacia la intersección a la derecha.

Cheng Ke sabía que no estaba buscando el camino, pero Jiang Yuduo se tardó bastante. Miró por la esquina y regresó. Al llegar a otra esquina, miró alrededor.

—¿Qué estás buscando? —Cheng Ke miró alrededor.

—Veo si hay taxis —Jiang Yuduo le respondió.

—Nada de taxis —dijo Cheng Ke—. Aún está cálido.

—Bueno. —Jiang Yuduo asintió.

Cheng Ke lo miró y no supo si estaba siendo suspicaz. Era la segunda vez esta tarde. No sabía si Jiang Yuduo iba a mencionarlos a “ellos” o le diría que tuviera cuidado.

Fue como la última vez, después del incidente de “confundirlo con otra persona”, Jiang Yuduo deliberadamente dejo de mencionarlos.

Eso hizo que se replanteara su idea original, ¿Jiang Yuduo estaba evitando deliberadamente el tema de los problemas mentales?

—Te acompañaré de regreso. —Cuando alcanzó la intersección, habló.

—No, no. —Cheng Ke sonrió—. No soy una jovencita a la que tengas que llevar a casa.

—Déjame que te diga que no eres tan bueno como las jovencitas con las que crecimos nosotros —dijo Jiang Yuduo—. Las jovencitas no son tan obtusas como tú.

—¿En qué soy obtuso? —Cheng Ke estaba un poco molesto.

Jiang Yuduo vaciló y suspiro. —Te lo contaré. Ese día que compraste el lavavajillas, yo estaba detrás de ti.

Cheng Ke lo miró conmocionado. —¿Qué?

—Si no lo hubiera detenido, un ladrón te hubiera robado hasta la ropa interior. Si fuera una de las jovencitas con las que crecí, tal vez habría recibido un golpe en la cabeza —dijo Jiang Yuduo.

—Estabas allí. —Cheng Ke continuó asombrado.

—¿No me crees? —preguntó Jiang Yuduo.

—¡Estaba seguro de haberte visto! —Cheng Ke estaba emocionado por alguna inexplicable razón—. ¡Creí que tenía la vista mal! ¡Carajo, estaba seguro que ese hombre eras tú! ¿Estabas abrazando a alguien al bajar las escaleras?

—Presta atención a tus palabras —dijo Jiang Yuduo—, ¿a quién voy a estar abrazando? ¡Sujeté al ladrón por el cuello y lo llevé abajo!

Cheng Ke se rio, no sabía por qué estaba tan feliz. Sonrió durante un largo rato y le palmeó el brazo a Jiang Yuduo. —Gracias.

—Solo quería ver la herida en tu ojo ese día —dijo Jiang Yuduo, luciendo un poco avergonzado—. No quería llamarte directamente; creí que no volvería a verte.

—¿Por qué? —preguntó Cheng Ke.

—Cuál puede ser la razón —dijo Jiang Yuduo—. Le di una paliza a mi amigo.

—¿Qué no golpeaste a Chen Qing también? —dijo Cheng Ke—. ¿No es lo mismo? ¿Y acaso ya no lo buscas?

—No es eso —dijo Jiang Yuduo, frunciendo el ceño—. No es lo mismo. No sé cómo expresarlo. Es diferente con Chen Qing, es diferente contigo.

—¿Por qué? —continuó preguntando.

Jiang Yuduo parecía no tener idea de qué decir. Lo miró durante un largo rato, con las cejas fruncidas. —Él no hace tantas preguntas como tú, es diferente.

—Bien, no más preguntas. —Cheng Ke sonrió.

Jiang Yuduo caminó de regreso con él. Cheng Ke no se rehusó. Se sentía cómodo caminando en la calle vacía mientras hacía calor.

—Crecí con Chen Qing —empezó Jiang Yuduo de repente, hablando en voz baja—. Nos conocemos muy bien. Sé que él no desaparecerá, me seguirá sin importar nada.

Cheng Ke giró la cabeza. —Yo no desapareceré.

—Es difícil asegurarlo —dijo Jiang Yuduo—. Eres demasiado diferente de nosotros. Estás muy lejos. Si no te hubieran echado de tu casa, no habrías empleado ni una neurona en tu vida en gente como nosotros. Ni siquiera sabrías que existen semejantes personas.

—Es demasiado absoluto —dijo Cheng Ke.

—Es así —dijo Jiang Yuduo.

Cheng Ke reflexionó. —¿Has conocido a Chen Qing durante diez años?

—Mm, probablemente —dijo Jiang Yuduo—. Lo conocí en cuanto llegué aquí.

—¿De dónde venías? —preguntó Cheng Ke.

—No recuerdo —dijo Jiang Yuduo—. Era demasiado pequeño en ese entonces.

—Oh. —Cheng Ke asintió—. Chen Qing dijo que si no lo hubieras salvado, tal vez se habría ahogado.

—Él mismo ya estaba desatándose cuando fui a ayudarlo, tal vez habría podido soltarse después de un rato —dijo Jiang Yuduo—. Aunque no hubiera podido, tal vez solo se habría desmayado.

—Él te admiró mucho en ese momento, por tu calma —dijo Cheng Ke—. Salvar a alguien es muy heroico.

—Lo vi en la televisión —dijo Jiang Yuduo.

—¿En la televisión? —preguntó Cheng Ke, un niño que recibía una paliza si leía, ¿podía ver la televisión?

—La televisión en el centro comercial —dijo Jiang Yuduo—. Un programa de rescates, lo vi unos días antes.

—Oh —dijo Cheng Ke, riéndose—. Aprendido y aplicado al instante.

—Mm. —Jiang Yuduo asintió.

Cheng Ke no continuó con el tema. Cuando Jiang Yuduo era un niño, aprendió a mantener la calma, lo que lo hacía sentir extraño.

Cuando llegaron al edificio, Cheng Ke apretó los dientes para no invitar a Jiang Yuduo a subir.

—Me marcho —dijo Jiang Yuduo.

—Mm. Bueno, cuando debas recoger el alquiler, no envíes a Chen Qing.

—Muy bien. —Jiang Yuduo se comprometió.

—Bueno, buenas noches. —Cheng Ke se giró hacia el elevador.

Después de un rato, Jiang Yuduo dijo: —Buenas noches —detrás de él.

Cheng Ke agitó la mano, sin girarse. Entró en el elevador antes de girarse, pero Jiang Yuduo ya no estaba en el corredor.

 

•••

«Buenas noches.»

Cheng Ke le había dicho “buenas noches” antes, pero él no respondía.

Tenía la impresión que las palabras ordinarias y refinadas eran demasiado foráneas para él. No sabía con quién podría utilizarlas, ¿Chen Qing? ¿Lu Qian? Se morirían de risa.

Si Chen Qing y Lu Qian se lo decían, probablemente le daría un escalofrío.

Pero cuando Cheng Ke decía buenas noches, tan natural y casual, sonaba muy agradable. Así que deseó responder, aunque escucharse decir “buenas noches” era un poco incómodo, pero también novedoso y placentero.

Cuando salió del vecindario, Chen Qing lo llamó.

San Ge, ¿terminaste de comer? —preguntó Chen Qing—. Aún hay bebida. ¿Vienes? Dale un poco de dignidad a Tu Er, dile a Jaeger Le Coulter que venga también, podemos pagar.

—Ya regresó a casa. —Jiang Yuduo miró la hora en su celular—. Iré.

—Entonces haré que preparen un poco más —dijo Chen Qing.

—Mm. —Jiang Yuduo guardó el celular y aceleró sus pasos.

Después de dar vueltas y giros durante un rato, miró detrás de él. Una sombra estaba proyectada desde una esquina, se veía alargada sobre el suelo.

Jiang Yuduo aceleró el paso y no se detuvo, continuó avanzando, poniendo atención a los movimientos detrás de él.

Era muy difícil que ellos actuaran en esta calle. Las luces eran antiguas, no iluminaban mucho, y eran relativamente densas. La alternancia entre sombras era amplia y a veces duraba unos cuantos metros. Una vez que alguien estaba cerca, era fácil descubrirlo.

Después de otra calle, Jiang Yuduo echó otra mirada al girar en la esquina, y no había nadie detrás.

Había estado apretando la empuñadura del cuchillo en su bolsillo y entonces la soltó.

Cuando acompañó a Cheng Ke a casa, los había estado siguiendo. Jiang Yuduo lo había visto desde que salieron de la barbacoa. Cheng Ke tal vez lo había visto cuando miró alrededor. Pero solo una persona tan obtusa como él no lo notaría.

No se lo dijo a Cheng Ke.

No quería ponerlo nervioso por sus asuntos.

O, todavía podía recordar claramente que ese día después de la pelea, Cheng Ke lo había mirado a los ojos de cierta forma. No quería volver a ver esa clase de mirada.

Algunas cosas debían encararlas solo.

 

•••

Cheng Ke llegó a casa e inmediatamente se quitó la ropa al percibir su aroma a ahumado y alcohol.

Ya era tarde. Estaba tan adormilado que luchó durante cinco minutos antes de quitarse la ropa para tomar un baño.

Cuando el agua caliente le cayó en el cuerpo, el licor y estar demasiado lleno por la carne se mezclaron. Apoyó la cabeza en la pared y soltó un largo suspiro.

¡Era genial!

¿Qué era genial?

No lo sabía. Pero se sentía genial y muy feliz.

Levantó la cabeza y el agua caliente le impactó sobre la cara.

Un baño caliente tenía muchos efectos. A veces podía aliviar la fatiga, a veces podía hipnotizar, a veces servía para librarse del alcohol y, a veces… podías intentar dormir parado si tenías sueño. Repentinamente se despertó somnoliento.

Vaciló por un momento, salió del baño escurriendo agua y levantó el teléfono de la estancia.

Encontró el video de Jiang Yuduo que había grabado, pulsó reproducir y colocó el teléfono sobre el lavabo… debería comprar otra base para el teléfono.

 

 

No quería levantarse en la mañana después de beber, especialmente si había tenido un sueño erótico después de beber, entonces de verdad no quería levantarse.

Xu Ding llamó por tercera vez. Cheng Ke no podía soñar más, así que respondió el teléfono.

—Lo siento. —Miró la hora, casi era medio día—. Bebí ayer.

—Muy bien —dijo Xu Ding—, beber al menos prueba que tu vida es normal.

Cheng Ke sonrió y se sentó. —Tal vez.

—Solo quería contarte que el video se ha adelantado unos días y el lugar del evento ha cambiado un poco —dijo Xu Ding.

—Bien. —Cheng Ke bostezó—. Tengo tiempo disponible, no hago nada todo el día.

—Lo otro es que el contenido del video ha tenido algunos cambios y han agregado a un modelo —añadió Xu Ding.

—Sí —respondió Cheng Ke. La creatividad de cada video era diferente. A veces era un sencillo proceso de dibujar con arena, y a veces incluía trama y se añadían otras imágenes. Antes hubo otros modelos, pero no estaban en el mismo encuadre con él. Así que no le afectaba—. ¿Qué modelo?

—Es un hombre hermoso. —Xu Ding sonrió—. Es como de naturaleza salvaje, la armonía entre hombre y naturaleza. Debes poder imaginarlo.

—…Sí. —Cheng Ke también sonrió—. ¿Es casi igual que antes?

—No, él estará a tu lado —dijo Xu Ding—, por eso tenía que discutirlo contigo primero. Si no te parece cómodo, podemos ver cómo arreglarlo.

Cheng Ke imaginó la escena un momento. No tenía sentido imaginar cómo sería, pero aunque los videos de Xu Ding a veces eran incomprensibles, tenían un formato atrayente.

—Está bien —dijo Cheng Ke.

—¿Tienes que ver las fotos del modelo? —preguntó Xu Ding.

—¿Voy a escoger concubina? No es necesario —dijo Cheng Ke.

Xu Ding se rio. —Bien, te recogeré entonces.

—Sí. —Cheng Ke sonrió.

El clima era bueno hoy. Después de la llamada, Cheng Ke miró por la ventana. El sol brillaba refulgente y el viento no era muy fuerte.

Se quedó ante la ventana un rato, decidió ir a pasear, y almorzar en el camino.

No había salido mucho últimamente, no lograba reunir la energía, y no sabía a dónde ir cuando salía.

De hecho, aunque no supiera a dónde podía ir, solo quería darse una vuelta por ahí. Aún no había recorrido el vecindario. Con lo que estaba familiarizado eran la calle de bares y el área donde Jiang Yuduo estaba. No había vuelto a la zona del supermercado.

Hoy, encontraría un lugar para comer allí.

Se abrigó con la chaqueta y salió. En el momento que estaba cerrando la puerta, rápidamente metió el pie en la rendija de la puerta, y buscó en su bolsillo, asegurándose que la llave estaba en su bolsillo, antes de cerrar la puerta.

Si volvía a olvidar la llave, tendría que llamar a un cerrajero, y luego buscar a Jiang Yuduo. Era de estimarse que Jiang Yuduo pensaría que tenía pensamientos impuros sobre él.

Por supuesto, no se equivocaría.

Era solo que esa clase de pensamientos solo podían ser un entretenimiento personal. No podía pensar en algo más con Jiang Yuduo, a quien sorprendía la homosexualidad.

 

A dos cuadras del supermercado, había un área comercial nueva, que debía haberse construido dos años antes. Ni siquiera sabía que existía.

Pero aunque lucía boyante, no había mucha gente.

Entró en una cafeteria y cuando el mesero le sonrió y le preguntó qué quería, se dio la vuelta y repentinamente quiso beber té con leche. Ese con jengibre…

Aún recordaba el nombre de la tienda donde Jiang Yuduo le pidió que bebiera la última vez.

Pero no vio la tienda después de caminar por un largo rato, no era una franquicia.

—Señor, ¿se ejercita? —Repentinamente alguien le tendió un panfleto.

Cheng Ke giró la cabeza y vio a una chica bonita.

—Yo… —Cheng Ke aceptó el panfleto casualmente, le echó un vistazo y continuó caminando.

No había visitado el gimnasio desde hacía unos meses. Su nueva tarjeta estaba activada y lo había visitado unas pocas veces. Sin embargo, su entrenador personal anterior había cambiado de empleo. No tenía muchos deseos de ir. No era fácil encontrar a un entrenador personal atractivo.

—Ahora abrimos una nueva sucursal —la chica lo siguió—, 20 % de descuento por una membresía y dos lecciones privadas. Usted parece ejercitarse regularmente. ¿Le gustaría entrar y experimentarlo? Puede ejercitarse gratis, y si está satisfecho, aplique por la membresía.

Cheng Ke temía particularmente a las chicas que vendían cosas, todas eran bonitas y te seguían tenazmente para presentar su producto, y no era fácil rechazarlas.

—Señor, puede entrar y echar un vistazo primero, y ver nuestras instalaciones y equipo… —La chica caminó enfrente de él, avanzando de espaldas, no podía abrir los ojos debido al viento—. Nuestros equipos son los modelos más recientes. Y hay muchos…

—¿Dónde? —Cheng Ke no pudo soportarlo, y preguntó.

—En el segundo piso —la chica se apresuró a señalar a un lado—. ¿Lo acompaño?

El gimnasio no estaba mal, era más grande que al que Cheng Ke solía ir. Se veía que estaba recién inaugurado, tenía poca gente y equipos libres.

—Este es nuestro entrenador personal, Xiao Yang, Xiao Yang… —La chica hizo gestos a unos chicos atractivos a un lado—. Él le mostrará las instalaciones, puede preguntarle si no entiende.

Un joven se acercó y Cheng Ke lo miró rápidamente.

…Lucía bastante bien.

—Hola. —Xiao Yang sonrió enfrente de él—. Mi apellido es Yang, puede llamarme Xiao Yang, le daré el recorrido.

—Oh —replicó Cheng Ke.

Xiao Yang lo guio unos pasos al interior, y luego se giró. —Cheng Ge, ¿no me recuerdas?

—¿Eh? —Cheng Ke estaba anonadado.

 

•••

[1] 222 se lee 二百二十二 二  er (二) en dialecto significa estúpido, así que es estúpido x 3


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2 comentarios en “Antídoto 33

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