Moneda de la Suerte 47

Incluso la charla ordinaria era muy difícil para Chu Yi, mucho más después de la vergonzosa conversación con Zhou Chunyang. Cuando Yan Hang regresó con algunas latas de cerveza, decidió terminar la charla.

De todos modos, no había más que decir.

[No puedo usarlo]

Lo repitió de nuevo y dejó el teléfono a un lado.

Zhou Chunyang no le envió más mensajes, así que Chu Yi dio un suspiro de alivio y aceptó la cerveza que le entregó Yan Hang.

—Genial. —Yan Hang se sentó a su lado y tomó un sorbo de cerveza.

—¿Vas a tr-trabajar… estos días? —Chu Yi lo miró.

—Mm, no podré volver hasta después de la cena —dijo Yan Hang—. Pero organicé tener el día libre para el Festival del Medio Otoño y Wang Jie dijo que ella se encargaría ese día.

—Festival del Medio Otoño. —Chu Yi quedó atónito.

—El Festival del Medio Otoño de este año seguirá al Día Nacional. —Yan Hang sacó su teléfono y abrió el calendario.

—Oh.— Chu Yi estaba un poco aturdido.

Solo había pensado que era día festivo, pero no había recordado que era el Festival del Medio Otoño además, y sus compañeros de dormitorio no lo mencionaron… probablemente todos lo sabían.

Solo que él no tenía sentimientos especiales sobre el Festival del Medio Otoño.

No, no tenía ningún sentimiento especial sobre el Festival del Medio Otoño en el pasado, e incluso le disgustaba un poco, porque debía comer pasteles de luna durante el desayuno del Festival del Medio Otoño.

No le gustaban los pasteles de luna. Los que les regalaba la compañía de su padre sabían bien, pero esos debían guardarlos para que la abuela se los comiera todos. Si el resto de la familia quería comerlos, tenían que comprarlos en el mercado.

Y eran del tipo más barato, a granel. Había comprado uno por un yuan el año pasado.

Pero el Festival del Medio Otoño de este año lo hizo sentir un poco abatido.

Era el primer Festival del Medio Otoño que no estaba en casa y en el que faltaban dos personas en su familia, una estaba desaparecida y la otra se negaba a ir a casa.

—¿Qu-qué día… es? —Chu Yi miró el teléfono de Yan Hang.

—El 3. —Yan Hang señaló—. ¿Tienes que llamar a casa?

Chu Yi vaciló y no contestó.

—¿Te gustaría enviar una caja de pasteles de luna? —Yan Hang suspiró—. Estoy demasiado ocupado estos días para ocuparme de hacerlos. Mañana te traeré una caja de pasteles de luna de nuestro hotel. Puedes enviarlos a tu casa. El envío es rápido si pagas un poco más, para que alcancen a llegar…

—No-no te preocupes… —Chu Yi estaba muy avergonzado. Obviamente era asunto suyo, pero Yan Hang sentía que no lo estaba haciendo bien.

—No es problemático. —Yan Hang pensó durante un rato—. Por favor, escríbeme la dirección de tu casa. Les pediré que lo envíen por correo mañana temprano.

—Bueno. —Chu Yi asintió—. ¿Cuánto… cuesta?

—No cuesta nada. —Yan Hang sonrió—. Pediré dos cajas, envías una caja a casa, y otra caja para comer nosotros.

Chu Yi de repente se emocionó un poco: —¿Observaremos… la luna?

—Vayamos a la playa a disfrutarla —dijo Yan Hang—. Creo que irá mucha gente. El año pasado la observamos desde la azotea con Choi Yi el año pasado. Vamos juntos a la playa este año.

—¡Está bien! —Chu Yi se frotó las manos.

Era muy interesante observar la luna con más gente, o eso pensaba Chu Yi porque no lo había experimentado nunca.

A lo sumo, salía a correr después de comer los pasteles de luna en el Festival del Medio Otoño y miraba hacia la orilla del río durante un rato, observando la luna.

Se emocionaba solo de pensar en ir a la playa a observar la luna con Yan Hang y el señor Choi, y además habría muchas otras personas..

De repente, la sensación incómoda que tenía antes desapareció.

~~~

Esa noche, Yan Hang y Chu Yi se comieron toda la barbacoa. Vieron dos películas. Y las latas de cerveza en el suelo no eran demasiadas. La cantidad de alcohol que bebió Chu Yi era inversamente proporcional a su rusticidad. En el pasado, cuando se desvelaba con su padre comiendo, las latas de cerveza cubrían todo el suelo.

Pero estaba muy feliz y no supo cuándo se durmió.

Cuando Yan Hang se despertó, consideró un progreso no estar en el suelo. Se sentó del sofá y miró a Chu Yi, que estaba acurrucado en el otro extremo, durmiendo profundamente.

Yan Hang bostezó. Ya que había comido toda la noche, ahora no tenía apetito para el desayuno.

Se levantó y caminó hacia el baño, planeando averiguar qué comer después de lavarse.

Simplemente caminó dos pasos y pateó una lata de cerveza.

La detuvo apresuradamente, temeroso de haber despertado a Chu Yi, y se sorprendió cuando se dio la vuelta.

Chu Yi estaba parado frente al sofá, con cabello desordenado y expresión confundida.

—¿Cuándo te levantaste? —Yan Hang lo miró fijamente—. ¿No estabas dormido hace un segundo? ¿Estás actuando en una película de fantasmas?

—Pensé que… alguien estaba a-atizando el tazón de arroz… para despertarnos para… el de-desayuno. —Chu Yi se mesó el cabello.

—Las costumbres de tu dormitorio son muy diferentes. —Yan Hang entró al baño—. ¿Qué quieres comer? Te doy cinco minutos para pensarlo. Yo no quiero comer, pero cocinaré lo que quieras tú.

—Oh —respondió Chu Yi.

Después de que Yan Hang se lavó, Chu Yi todavía parecía confundido, sentado en el sofá, pero las latas de cerveza en el suelo habían sido comprimidas y empaquetadas en la bolsa de barbacoa de ayer, y el desastre sobre la mesita cafetera había desaparecido.

—¿Puedes limpiar la casa mientras caminas dormido? —preguntó Yan Hang.

—No tenía… nada qué hacer. —Chu Yi sonrió.

—¿Qué quieres comer? —preguntó Yan Hang de nuevo.

—Yo tampoco… te-tengo hambre. —Chu Yi se tocó el estómago—. Ve a trabajar… , si tengo hambre, saldré a c-comer.

—Está bien. —Yan Hang agarró su abrigo y se preparó para salir, parado en la puerta le dijo—: Puedes ver la televisión si estás aburrido, y puedes usar mi computadora. Si estás realmente aburrido, puedes ir al restaurante para encontrarme.

—Sí. —Chu Yi asintió.

Hoy era el primer día de las vacaciones y estaría muy ocupado desde el desayuno. Yan Hang acortó la reunión de la mañana. Solo dijo unas pocas palabras de manera casual y le pidió a un mesero que lo ayudara a enviar los pasteles de luna a la familia de Chu Yi.

Cerca del mediodía, el restaurante ya estaba lleno de comensales, en su mayoría turistas.

Yan Hang generalmente podía pararse detrás de la barra y descansar las piernas, pero básicamente no se había detenido hoy.

—Hang Ge. —Zhang Chen se le acercó—. El comensal de allí no ha pedido ninguna comida, y ha pasado casi una hora desde que ocupó una mesa para cuatro…

—Yo iré — dijo Yan Hang.

Había notado antes al cliente del que hablaba Zhang Chen: un hombre de mediana edad, sentado en una mesa junto a la ventana, miraba por la ventana todo el tiempo, sin ordenar y sin hacer ninguna solicitud.

Yan Hang no veía al mesero que le había servido agua cuatro veces. Tras beber tanta agua, cualquier otra persona tendría que ir al baño. La vejiga del hombre era muy resistente.

Yan Hang se acercó a la mesa.

Normalmente, a ellos no les importaban este tipo de clientes, pero debido a la situación de hoy, si estaba ocupando una mesa para cuatro y solo ordenaba agua, debía recordarle que pidiera algo.

—Hola, señor. —Yan Hang se paró junto a esta persona y lo saludó.

El hombre siguió mirando por la ventana y no parecía escuchar su voz.

—¿Señor? —Yan Hang lo llamó de nuevo, y al mismo tiempo miró al hombre rápidamente.

No tenía el cabello muy largo, debía haberlo cortado recientemente, pero a primera vista se veía que lo tenía descuidado, estaba un poco grasiento, como si no lo hubiera lavado desde hace tres o cuatro días.

Llevaba una camiseta vieja, su abrigo estaba gastado y los puños estaban un poco descoloridos.

Los pantalones eran ordinarios, no se podía apreciar si eran viejos o nuevos, pero se notaba al instante que sus zapatos habían sido usados durante mucho tiempo, habían atravesado incluso más adversidades que el par viejo que Chu Yi se había llevado de recuerdo.

Su restaurante pertenecía a un hotel de cinco estrellas y, aunque no iba a sacar ninguna conclusión de su apariencia, después de trabajar tanto tiempo allí, unca ha visto a una persona vestida así.

—Hola, señor. —Dio un paso hacia un lado, se paró frente a esta persona y saludó por tercera vez—. Soy el supervisor aquí, ¿necesita hacer un pedido ahora?

Después de unos segundos más, el hombre finalmente volvió la cara y lo miró: —¿Supervisor?

—¿Hay algo en lo que pueda ayudarle? —preguntó Yan Hang.

La barba en la cara de este hombre era bastante larga, con algunos pelos grises y muy revuelta, lucía muy desaliñada.

—Sírveme un vaso de agua —dijo el hombre.

—Está bien. —Yan Hang detuvo a un mesero que pasaba y sirvió un vaso de agua al hombre. Cuando el hombre volvió a darse la vuelta, agregó—: ¿El señor está esperando a alguien?

—Sí —respondió el hombre.

—¿Cuántas personas son en total? —preguntó Yan Hang.

El hombre vaciló: —Tres.

—Entonces, señor puede ordenar primero. —Yan Hang puso el menú frente a él—. La cocina tarda en preparar los platillos, y además hoy hay muchos comensales para la cena. Puede ordenar primero y después notificarle a la cocina cuando lleguen los demás.

El hombre no habló, lo miró a la cara un rato, sus ojos se posaron en su placa: —Yan Hang.

—Sí. —Yan Hang asintió.

El hombre levantó el vaso y se bebió el agua que acababa de servirle y luego se puso de pie: —¿Dónde está el baño?

—Por favor, siga recto y gire a la izquierda después de la puerta trasera —dijo Yan Hang.

El hombre no habló más y se acercó a la puerta trasera.

Después de levantarse, Yan Hang notó que los pantalones del hombre estaban muy arrugados y su pie izquierdo estaba ligeramente de puntillas cuando caminaba.

—Xiao Yang —Yan Hang llamó a un camarero.

—Hang Ge, ¿qué pasa? —Xiao Yang se acercó.

—Ve a seguir a ese cliente. —Yan Hang miró la espalda del hombre—. Me temo que se perderá y se desviará a otro piso.

—Entendido. —Xiao Yang asintió y lo siguió.

Cuando había muchos huéspedes de vacaciones, estaban más atentos a la seguridad. El restaurante era relativamente independiente de los otros pisos del hotel, pero había una escalera de incendios en el pasillo del baño, que cualquiera podía subir.

Ese hombre era realmente un poco peculiar, y Yan Hang tenía que estar alerta.

Después de unos minutos, el hombre regresó al restaurante y salió por la entrada principal.

—Está bien —dijo Xiao Yang—. Vino aquí directamente desde el baño y luego se marchó.

—Bueno, continúa con tus deberes. —Yan Hang le dio una palmada en el hombro.

~~~

Chu Yi estaba sentado en el sofá y viendo la televisión. No había nada que ver a esa hora de la tarde. Originalmente quería ver una película, pero después de inspeccionar durante mucho tiempo, al final no vio nada. No sabía cómo encender el proyector, ni entendía dónde estaban las películas de Yan Hang.

No se atrevió a presionar a ciegas algo tan avanzado, y fue a encender la computadora de Yan Hang.

Pero no sabía qué hacer mientras sostenía la computadora, por lo que solo podía sentarse en el sofá y mirar televisión.

Había tantas cosas que no había visto antes en su vida de perro rústico… Quién sabía cuánto tardaría en evolucionar a un perro refinado.

Su teléfono sonaba continuamente. Sus compañeros de dormitorio habían creado un grupo, y en ese momento probablemente estaban avisando a los demás para unirse a jugar.

Chu Yi levantó su teléfono y se pregunté si debía jugar al juego inútil que no podía jugar con Yan Hang. Podría aprendería a jugar y entonces tendría algo que hacer cuando estuviera aburrido.

No todos los mensajes en WeChat eran del grupo, sino también de Zhou Chunyang.

[Por la tarde, voy a comer en el restaurante de Yan Hang, ¿vienes?]

«¡A comer al carajo

Chu Yi no pudo más que mirar fijamente la pantalla.

[¿Vas solo?]

[Con toda mi familia. Si vienes, nos sentamos en otra mesa, no quiero compartir una mesa con mis padres.]

Viendo esa frase, Chu Yi no supo qué hacer.

Quería ver a Yan Hang. Aunque Yan Hang dijo que si estaba demasiado aburrido, podía ir a buscarlo, sabía que estaba muy ocupado estos días y no podía ir allí a causar problemas.

Pero si era una comida legítima, era diferente.

Es solo que esta comida debía comerla con Zhou Chunyang… No lo odiaba, era solo que cada vez que Zhou Chunyang hacía algo, lo sorprendía mucho.

Principalmente estaba incómodo con él.

Tenía toda clase de emociones de las que no podía encontrar el origen.

~~~

Yan Hang había descubierto que el padre de Zhou Chunyang era realmente un amante de la comida occidental, y venía varias veces al mes. A veces con amigos, a veces con su hijo, y hoy había traído a toda la familia.

Zhang Chen fue a tomar asiento y, después de que la familia de tres se sentara, Zhou Chunyang se levantó de nuevo, se sentó en la mesa junto a él y le hizo una seña.

Yan Hang suspiró y tuvo que acercarse.

—Hice una cita con Chu Yi —dijo Zhou Chunyang—. Es muy aburrido cenar con mis padres.

Yan Hang estaba atónito: —¿Chu Yi vendrá?

—Mm. —Zhou Chunyang asintió—. Probablemente esté libre.

—¿Entonces vas a ordenar ahora o después? —Yan Hang sonrió.

—Esperaré a Chu Yi —dijo Zhou Chunyang.

—Está bien. —Yan Hang puso el menú frente a él, se dio la vuelta y se alejó.

Este Zhou Chunyang confundía un poco a Yan Hang.

Desde el principio había considerado a Zhou Chunyang como un compañero de dormitorio que tenía una buena relación con Chu Yi.

Pero durante este período de tiempo, al reflexionar, no se sentía así. Especialmente después de que Chu Yi le contara sobre la sexualidad de Zhou Chunyang. Ahora cada vez que lo veía, percibía que el niño tenía algunas otras ideas.

A su edad, había conocido a todo tipo de personas. Aunque no tenía amigos, había recibido algunas confesiones.

La actitud de Zhou Chunyang definitivamente no era tan simple como la de un mero compañero de cuarto de un amigo. Estaba bastante seguro de eso.

Sin embargo, la actitud de Zhou Chunyang no le proporcionaba la suficiente información.

«Tsk».

La mente de Zhou Chunyang era mucho más madura que los mocosos de su dormitorio.

Diez minutos después, Chu Yi entró al restaurante. En cuanto entró, primero miró a la barra y sonrió avergonzado después de verlo.

Yan Hang también sonrió y se acercó.

A diferencia de la despreocupación natural y la confianza en sí mismo de Zhou Chunyang cuando entró al restaurante, Chu Yi estaba un poco nervioso al llegar.

Aunque tuvo grandes cambios, estos pequeños detalles aún podían hacer notar las experiencias pasadas de Chu Yi.

Yan Hang se sentía un poco angustiado cada vez.

—Te invitaron a comer aquí, y no me lo dijiste. —Yan Hang lo miró y sonrió.

Sur… sur… prise —Chu Yi se frotó la nariz—. ¿Te sorprendiste?

—… Mucho —dijo Yan Hang—. Me sorprendí durante al menos cinco segundos cuando Zhou Chunyang me dijo… Ve allá, él está en esa mesa. Si te parece bien, después de cenar, espera a que termine de trabajar.

—Está bien. —Chu Yi asintió y se volvió hacia la mesa de Zhou Chunyang.

Aunque Yan Hang no podía entender por qué Zhou Chunyang invitó a Chu Yi a cenar, la aparición de Chu Yi le hizo sentir que la siguiente ronda de trabajo excesivo no era gran cosa.

—Hola, señor. —Chu Yi saludó a los padres de Zhou Chunyang—. Señora, saludos.

—Hola, hola. —La señora Zhou sonrió—. Ustedes dos pueden hablar solos, no se preocupen por nosotros.

—Siéntate aquí conmigo. —Zhou Chunyang se puso de pie y cedió su silla detrás de sus padres a Chu Yi.

Chu Yi podía relajarse sin ver a los padres de Zhou Chunyang detrás de él.

—Ordenemos —dijo Zhou Chunyang—. No quieres bacalao hoy, ¿verdad?

—Mm. —Chu Yi tomó el menú y lo miró lentamente—. Pero n-no sé qué… comer.

—Filete. La costilla es exquisita y deliciosa —dijo Zhou Chunyang.

—Está bien. —Chu Yi no entendía el menú, de todos modos, así que asintió.

No fue Yan Hang quien fue a servirles. Yan Hang estaba hablando con un hombre que parecía un jefe de traje. Fue una joven quien les sirvió.

—Déjame ver qué postre… —Zhou Chunyang miró el menú.

—Nuestro supervisor traerá el postre —dijo la joven con una sonrisa.

—Está bien —dijo Zhou Chunyang—. Agradece a Hang Ge por ayudarnos.

Inmediatamente después de que le sirvieran el filete, Chu Yi se arrepintió de haber comido bacalao dos veces antes. Como era de esperarse, prefería esta carne grasa, suave y fragante.

—¿Cómo vas a pasar el Festival del Medio Otoño? —preguntó Zhou Chunyang mientras comía.

—Iré a la playa —dijo Chu Yi.

Después de hablar, se arrepintió de nuevo. Tenía la sensación de que Zhou Chunyang aparecería en la playa.

—Yo iré a la casa de mi abuela. —Zhou Chunyang suspiró—. Es muy molesto. Es como una ceremonia todos los años. Después de comer, nos formamos en circulo en el patio trasero, con nuestros pasteles de luna. Es como un simposio para alimentar a los mosquitos otoñales.

Chu Yi no pudo más que reír.

—¿Solo tú y Yan Hang irán a la playa? —preguntó de nuevo Zhou Chunyang.

—Habrá… otros —dijo Chu Yi.

—Oh. —Zhou Chunyang lo miró—. Pensé que solo eran ustedes dos.

Chu Yi no contestó. No sabía qué decir.

—El pequeño altavoz que le di a Yan Hang —dijo Zhou Chunyang—. ¿De verdad no quieres el mismo modelo?

—¿Eh? —Chu Yi estaba atónito, cuando Zhou Chunyang de repente habló sobre el pequeño altavoz, no pudo encontrar una respuesta adecuada.

Zhou Chunyang sonrió y no habló más, mirándolo mientras comía.

Chu Yi presentía que había algo en esa sonrisa, pero realmente no podía entenderlo. Se relacionaba con pocas personas, y Zhou Chunyang era más “complicado” que sus compañeros de clase normales.

—Este pastel de camarones es delicioso. —Zhou Chunyang señaló la pequeña canasta de pasteles que la mesera acababa de traer.

—Sí. —Chu Yi le dio un mordisco. Estaba realmente delicioso.

—Xiaoyang y Wu Xu dijeron que saldrían de excursión en dos días —dijo Zhou Chunyang—. ¿Vamos juntos?

—Está bien. —Chu Yi asintió—. ¿A dónde… van?

—A escalar la montaña. —Zhou Chunyang sonrió—. Les dije que escaláramos directamente, pero les dio miedo y dijeron que querían tomar el teleférico.

—El… teleférico —dijo Chu Yi—. Nunca… me he su-subido a uno.

—¿En serio? —Zhou Chunyang lo miró—. Entonces subamos al teleférico. También puedes ver mejor el paisaje.

Chu Yi bajó la cabeza y comió dos bocados de carne, luego levantó la cabeza: —¿Cuánto cu-cuesta… el teleférico?

—Más de cien, menos de doscientos el boleto (31.29 dólares)—dijo Zhou Chunyang.

—Oh —respondió Chu Yi.

Le costaría doscientos yuanes escalar una montaña. Estaba muy sorprendido. Su conocimiento de los sitios recreativos era el parque al lado de la casa de su tía. La tarifa de entrada era de diez yuanes (1.56 dólares) y el paquete de juegos para niños costaba veinte yuanes (3.13 dólares). Por supuesto, ese precio era de muchos años antes.

—¿Qué pasa? —preguntó Zhou Chunyang.

—Nada. —Chu Yi sonrió.

—No pude preguntarte frente a la gente en el dormitorio hace unos días —dijo Zhou Chunyang—. ¿Por qué no te fuiste a casa?

—Yo… —Chu Yi vaciló, y luego suspiró suavemente—. Simplemente… no q-quiero volver.

—Oh. —Zhou Chunyang suspiró—. ¿Tienes una mala relación con tu familia? Creo que normalmente no llamas a casa y no has recibido llamadas de tu familia.

—Mm. —Chu Yi de repente se sintió un poco triste.

—Está bien —dijo Zhou Chunyang—. Debías marcharte de casa y vivir por tu cuenta con anticipación. Cualquiera del dormitorio puede apoyarte, excepto por el estúpido de Su Bin.

Chu Yi sonrió.

—Si estás aburrido en el dormitorio, búscame a mí, Xiaoyang o Wu Xu —dijo Zhou Chunyang.

—No estoy du-durmiendo en… —dijo Chu Yi y se detuvo.

Zhou Chunyang se quedó atónito, y después de un rato, miró hacia el bar. —¿Realmente te estás quedando en casa de Yan Hang? Pensé que lo habías dicho por decirlo ese día.

—… Ah —respondió Chu Yi.

Zhou Chunyang lo miró por un momento, inclinó la cabeza y dio dos bocados, luego volvió a levantar la cabeza: —Te preguntaré por última vez, Chu Yi.

—¿Qué? —Chu Yi lo miró.

—Tú y Yan Hang… o tú hacia Yan Hang. —Zhou Chunyang bajó la voz—. ¿No hay nada?

Chu Yi lo miró fijamente.

—Para ser honesto —susurró Zhou Chunyang—. Te considero un amigo.

—No, nada, ah. —La voz de Chu Yi también era muy baja.

No sabía por qué, cuando Zhou Chunyang hizo esta pregunta por segunda vez, de repente sintió que era mucho más difícil de responder que la primera vez.

Zhou Chunyang lo miró fijamente, haciéndolo un poco insoportable, por lo que Chu Yi solo pudo bajar los ojos y mirar el pastel de camarones frente a él.

—Si insistes en decir eso —dijo Zhou Chunyang—. Entonces me lo tomaré en serio.

—¿Tomarte… en serio q-qué? —Chu Yi lo miró con una punzada de tensión.

—Sabes —dijo Zhou Chunyang—, que me gustan los hombres.

—Ah. —Chuyi sintió que un ventilador comenzaba a girar en su mente.

—Si realmente no tienes nada que ver con Yan Hang —dijo Zhou Chunyang—. Voy a intentarlo.

—¿Intentarlo? —Pinchó un trozo de carne, sin poder llevárselo a la boca.

—Lo diré directamente. Yan Hang me gusta mucho —dijo Zhou Chunyang—, pero si ustedes dos tienen algo, definitivamente no puedo hacer nada. Incluso si solo tú sientes algo unilateralmente, no haré nada.

Chu Yi lo miró fijamente.

—Te lo he preguntado dos veces. Si estás realmente seguro de que no hay nada. —Zhou Chunyang tomó un sorbo de su bebida—. Entonces lo intentaré con él.


Anterior « Índice » Siguiente

3 comentarios en “Moneda de la Suerte 47

  1. Ya me imaginaba esta situación. Se notaba que lo único que lo retenía era la posibilidad de que Chu Yi sintiera algo por Yan. Se me hizo lindo que le preguntara, para tomar en cuenta sus sentimientos.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario